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el ECONOMISTA DE LA SEMANA

La industria baila al ritmo del “hace frío, hace calor”

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Cuando era niño, escuchaba en el colegio la frase de parte de algún chico: “Hace frío, hace calor”, y no entendía cómo no podían diferenciar entre distintos grados de temperatura ¿A qué viene esto? A que el abastecimiento del insumo energía para el sector industrial depende del “hace frío, hace calor”.

El sector industrial consume una gran variedad y cantidad de insumos, dado que representa más del 16% del PBI. Uno de esos insumos es la energía, sea a través de gas natural, electricidad o combustibles líquidos. Por supuesto que la disponibilidad de los insumos resulta crucial para poder producir.

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Este invierno, que está por finalizar, nuevamente el sector industrial enfrentó una restricción del gas natural durante julio y agosto pasados. ¿Por qué? Porque “hace frío”. Los datos de julio lo muestran, dado que normalmente la producción de ese mes resulta superior a la de junio, y en el presente año esto no aconteció. La industria dejó de recibir entre 22 y 28 millones de metros cúbicos/día, con lo cual le podaron el 60% de ese insumo. Situación similar había acontecido en julio de 2007.

Por lo tanto, parte de la desaceleración en la tasa de crecimiento industrial es explicada por el desabastecimiento de gas natural que enfrentó el sector industrial en julio pasado. Varias plantas industriales detuvieron su producción ante la imposibilidad de obtener el mínimo de gas natural necesario para no cesar la producción. Los sectores que se encontraron más afectados por la falta de gas natural fueron agroquímicos, petroquímicos, químicos y plásticos.

Desde hace varios años, se viene enfrentando esta situación. Primero se la palió reduciendo las exportaciones de gas natural a Chile e importando algo desde Bolivia. Cuando las exportaciones cayeron a cero, ni la importación de gas natural de Bolivia (que este año fue récord), ni la importación de GNL para regasificar, ni la importación de combustibles líquidos para sustituir, alcanzan para abastecer al sector industrial.

Hemos llegado al punto que, de ser el principal proveedor de gas natural a Chile (un promedio de 19 millones de metros cúbicos/día en 2003 y 2004), nos encaminamos en 2011 a la posibilidad de importar gas natural del país trasandino para atender el mayor consumo doméstico, que no puede ser cubierto por la producción local. Días atrás, el ministro de Planificación suscribió un convenio de cooperación con el ministro de Energía de Chile que podrá desembocar en futuras compras de gas a ese país. Por supuesto que Chile cubre su demanda local importando GNL para regasificar en sus dos nuevas plantas

Restricciones. Es un dato para el sector industrial la falta de gas natural en inviernos crudos, incluso para las empresas que pagan el consumo en firme, y el mismo no les debería ser reducido o cortado. Los cortes sobrevienen cuando el invierno es crudo en el área pampeana, como en 2007 (que incluso nevó en Ciudad de Buenos Aires) o el pasado. Si hiciera frío intenso sólo en Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego y no en el resto del país, la restricción no se haría sentir, dado que entre esas tres provincias habitan algo más de 800 mil personas, ni el 2% de la población argentina, con lo cual la demanda de gas residencial no mueve el amperímetro.

Siempre el sector industrial consume menos metros cúbicos de gas en los inviernos, dado que para abastecer el consumo residencial en esa parte del año se recortan las entregas al sector industrial que tiene contratos interrumpibles. Ello es previsible y está dentro de las reglas del juego. Todo industrial conoce eso, lo que lo lleva a programar la producción sabiendo esa restricción.

Con los datos de consumo de gas natural disponibles hasta junio pasado, se observa que el consumo de gas natural de la industria, en millones de metros cúbicos por día (MMm3/día), del primer trimestre del año, presentaba un comportamiento similar al de 2008, un escalón más abajo (-4,0%). En mayo pasado el consumo de gas (34,8 MMm3/día) resultó bastante superior al de mayo de 2008 (+10,9%); en junio de 2010 se igualó al consumo de igual mes de 2008 (alrededor de 27,3 MMm3/día). Cuando se dé a conocer el dato de consumo de julio de 2010, es muy probable que nos “alejemos” de la curva de consumo de 2008 y nos “acerquemos” a la curva de consumo de 2007. Julio de 2007 fue el julio de menor consumo de gas natural del sector industrial, tan sólo 23,1 MMm3/día, dado el crudo invierno acontecido ese mes en el área pampeana.

Como la temperatura promedio en julio de este año ascendió a 10,7 ºC y con días de frío más intensos que en junio de 2010, debería esperarse que el consumo de gas resultase similar al de 2007.
Ahora, dado que el nivel de actividad industrial de julio de 2010 resultó superior entre 7% y 9% al de julio de 2007, la pregunta es: ¿cómo se puede tener mayor nivel de actividad con igual consumo de gas natural? La respuesta es que la industria sustituye gas natural por gas licuado de petróleo (GLP) desde hace más de tres años en el período invernal, dado que conoce claramente que le será cortado el fluido de gas natural. Por supuesto que esta sustitución conlleva a:
1) Un costo de operación muy superior (el precio del GLP es más del doble del precio del gas natural para el sector industrial).
2) Que no todas las industrias pueden realizar sustitución de uno por otro.
3) Que nació un nuevo demandante del GLP, el sector industrial, el cual resta “garrafas” para el sector residencial, situación que aconteció en julio pasado y acontecerá cada vez que el invierno sea riguroso.

Pasamos el inverno con restricciones de gas natural y se viene la restricción de energía eléctrica. Nuevamente el fuerte consumo eléctrico residencial del verano conlleva a una reducción o corte de electricidad al sector industrial.
Por lo tanto, en invierno sufren los cortes las industrias gas intensivas y en verano las electro intensivas, por lo cual la frase “hace frío, hace calor” puede ser sustituida por “no hay gas, no hay electricidad”, al menos para el sector industrial.