COLUMNISTAS
UN PAIS EN SERIO

La madre de todas las internas

Que Trump, que los coreanos, que Cambiemos, que las autofotos hot, que la carpa docente... Todo eso es una nimiedad al lado de la puja peronista.

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. | Cedoc Perfil
—¿Vos decís que Cristina se presenta? –pregunto.
Moira, mi secretaria, se queda pensando un rato. Estamos los dos sentados en los cómodos sillones de mi oficina, analizando la política nacional.
—Yo creo que sí –responde, finalmente Moira–. Y no digo para zafar de la cárcel. Creo que puede ganar y ningún candidato que pueda ganar se baja de una elección en ningún lugar del mundo. Excepto que su apellido sea Reutemann.
—No creo que se presente –arriesgo–. Sabe que si se baja le  hace un daño enorme al Gobierno. Porque sin Cristina, el peronismo se puede unir y ahí sí que Cambiemos la puede pasar mal.
—¿La hora de Massa? –pregunta Moira.
—Ojalá –digo yo.
—Lo decís porque va con tu mujer…
—Ni en pedo –respondo–. Lo digo porque me saqué una foto con Malena y no sabés lo que va a cotizar eso si llega a ser la hora de Massa.
—No salió muy hot que digamos la foto con Malena –dice Moira–. Aunque ninguna foto donde estás vos puede resultar muy “hot”.
—Bueno, convengamos que la de Viki con Massa tampoco fue una “foto hot”. Por el momento no somos swingers. Ojo, por el momento. Tampoco es que lo descarto…
—Te haría subir las acciones –se entusiasma Moira–. Y eso haría que me aumentes el sueldo que, por cierto…
—¡Tengo que escribir mi columna para PERFIL! –interrumpo–. No es momento de reclamos salariales.
—Claro, pero sí es momento para pensar en hacerte swinger, ¿no?
—Son cosas distintas. Además, no soy swinger, no jodas.
—Entiendo –dice Moira–. Si te hacés swinger tus acciones subirían, pero las de Viki, Massa y Malena se desplomarían, ¿no?
—No sé por qué tengo la impresión de que las acciones de cualquier persona que esté cerca de mí se desmorona. Y más de la política.
—¡No te hagás el humilde! Vos sos un periodista político muy renombrado.
—Claro, porque la que está devaluadísima es la política. ¿Viste que al final tengo razón?
Seguimos discutiendo con Moira cuando entra Carla, mi asesora de imagen, sin saludar ni sacar la vista de la pantalla de su iPad.
—Carla, necesito hablar con vos sobre la situación política. ¿Creés que Cristina se va a presentar? ¿El Gobierno tendrá capacidad de respuesta? ¿Qué va a hacer Massa? ¿Y el resto del PJ? ¡Por favor, contestame!
Carla apenas levanta los ojos de su iPad, pero sigue con la mirada perdida, como si no entendiera qué es lo que le estoy preguntando.
—¡Carla! –insisto, elevando el tono de voz–. ¡Por favor, decime algo! ¡Necesito escribir mi columna!
—Todo se derrumba, todo se viene abajo, nadie se va a salvar –dice Carla, finalmente, como en trance. Parece una Nostradamus de Palermo Hollywood.
—¿Todo es todo? ¿Cambiemos, Cristina, Massa? ¿Qué sería “todo”?
—Todo es todo –continúa Carla, aún como poseída.
—Pero dame una pista –me desespero–. ¿Qué va a pasar con las elecciones?
—¿Elecciones? –pregunta Carla y parece reaccionar–. ¿A quién le importan las elecciones? Trump acaba de bombardear Siria, Afganistán y Yemen y vos me hablás de elecciones?
—¿Y la grieta? –pregunta Moira–. ¿Qué va a pasar con la grieta?
—La única grieta de verdad es la que divide a Corea del Norte con Corea del Sur. Y obviamente va a desaparecer cuando Estados Unidos tire un par de bombas atómicas sobre la tierra del comunismo hereditario.
—¿Vos decís que la pelea entre Roberto Navarro y Baby Etchecopar no es una grieta de verdad?
—A ver, te recuerdo: en Afganistán, Estados Unidos arrojó la llamada madre de todas las bombas –explica Carla–. Que es la bomba no nuclear más poderosa que existe en el mundo. Por como viene la mano, en Corea del Norte van a tirar a la madre, a la tía, a la prima y a la abuela de todas las bombas.
—Igual lo que no entiendo de esa pelea es cómo se posiciona cada uno –dice Moira.
—¿Te referís al apoyo que puede darle China a Corea del Norte?
—No, hablo de la pelea entre Navarro y Baby Etchecopar.
—Eso claramente es producto de la grieta –respondo, muy seguro.
—¿Y la pelea entre Navarro y el Gato Sylvestre?
—Eso es producto de las internas del kirchnerismo.
—¿Cómo si se pelearan Juan Cabandié y Martín Sabbatella? ¿Sería como una interna entre La Cámpora y Nuevo Encuentro?
—Ponele –responde Moira.
—¿Y la pelea entre Baby Etchecopar y Luis Ventura?
—Ahí me la estás poniendo difícil…
—¿Y las declaraciones de Baby Etchecopar celebrando la represión a piqueteros y echándoles la culpa a “las chicas, que están muy zarpadas” por las violaciones?
—Forman parte de una campaña orquestada por Navarro para quedar como un tipo progre y sensato.
—¿Me estás jodiendo?
—Para nada –responde Moira–. Al lado de esas declaraciones hasta el Gordo Valor queda como un tipo progre y sensato. Creo que Baby la llama “la madre de todas las declaraciones”.
A un costado, Carla sigue mirando la pantalla de su iPad, en silencio, como abstraída.
—Estados Unidos está por bombardear Corea del Norte, se va a pudrir todo –dice, finalmente.
—¡Cómo me decepcionó Trump! –exclama Moira–. Yo pensé que venía con un estilo distinto, que era más de construir muros y echar indocumentados, pero no, el tipo se aferra a lo clásico y sale a bombardear países por ahí. ¡Al final, parece un demócrata cualquiera!
—¿Vos creés que Corea del Norte responderá? –pregunto.
—Puede ser, aunque tengo mis dudas con qué responderá.
—Mirá que Corea del Norte se la pasa haciendo demostraciones de poder, grandes desfiles militares y alardeando con que tienen bombas atómicas –digo.
—Sí, pero yo creo que es todo mentira –reacciona por fin Carla–. Tener como presidente de un país a Kim Jong-un es como tener de presidente de la AFA al Chiqui Tapia. O peor, porque el Chiqui al menos lo tiene a Messi.
—Es verdad –dice Moira–. Yo creo que tienen más chances los docentes de ganarle en la represión a la Gendarmería, que Corea del Norte de ganarle a Estados Unidos.
—¡Che, que no hubo represión! –digo.
—Tenés razón, disculpame –corrige Moira–. Hay que decir “movimiento de fuerzas de seguridad con capacidades de desalojo diferentes”.
—Mientras tanto, les recuerdo que aquí, en la Argentina, la política sigue. Y me gustaría saber qué va a pasar con la interna del PJ.
—¡Obvio! –exclama Moira–. Esa es la clave de todo, la madre de todas las internas.
—Esperemos que la madre de todas las bombas nos permita seguir ocupándonos de eso –reacciona por fin Carla.
—Tranquila, esto es peronismo –concluye Moira–. En Corea no se consigue.