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Llegar al desacuerdo

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Yo nunca voté al kirchnerismo. Y no tengo previsto hacerlo, ni en octubre ni después. Mis acuerdos de coyuntura (las retenciones, la reapertura de los juicios a los criminales de la dictadura, la Ley de Medios, el matrimonio igualitario, la eliminación de las AFJP) no llegaron hasta las urnas: en las urnas he tomado siempre otro rumbo. No obstante, en estos días recibí con entusiasmo la noticia de una posible candidatura de Ricardo Forster, y de hecho espero que se concrete. Esa clase de recorrido me resulta más que apreciable, porque valoro la manera en que define cierta clase de responsabilidad y aun cierta forma de intervención posible.

Como digo, votaré de otro modo. Pero sé que una candidatura de Forster me permitirá en todo caso alcanzar un desacuerdo que valdrá la pena. Porque hay que llegar a un desacuerdo, así como se estila decir que se logra llegar a un acuerdo. El desacuerdo no es un punto de partida, es un punto que hay que alcanzar; y en un sentido cabal, requiere un lenguaje compartido, un terreno común posible.

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Ante el que dice, por ejemplo, que hay que parar de pelear y juntarse de una vez por todas, me detengo mucho antes de llegar al desacuerdo, porque la política para mí no es parar de pelear y juntarse. Ante la que me convoca a salvarnos del Apocalipsis final de la República, me aparto sin llegar ni siquiera a un desacuerdo, porque no hablo sobre política con las palabras de la religión. Ante el que me urge “ella o vos”, me retraigo tan ajeno que ni hablar de desacuerdo es viable, porque ese “vos” que él esgrime no soy yo, ni quiero serlo tampoco. Ante el que dice que le escupirá la sopa de letras en la frente a la presidenta de la Nación, me siento tan espeluznado que no logro ni discordar, no me arrimo ni para discordar.

Al definir, cuando llegue el momento, con qué o con quién estoy de acuerdo, aunque no sea, como nunca lo ha sido hasta ahora, con un candidato kirchnerista, habré pensado tanto mejor ese acuerdo si antes tuve que elaborar también un buen desacuerdo, y es eso lo que me propongo conseguir como el votante que soy.