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Los nuevos líderes de la innovación sistémica

En la educación superior la prioridad debe orientarse a fusionar el conocimiento científico con la formación ética. El desafío de promover profesionales provistos de capital humano y social.

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Actitud. Se intenta que los estudiantes sean facilitadores de procesos de cambios evolutivos y que estén abiertos al aprendizaje para comrprender mejor la realidad. | Itba
Alexander Laszlo*

No hay duda de que los avances en la ciencia y la tecnología han creado oportunidades sin precedentes para el desarrollo humano y el bienestar. Sin embargo, el progreso tecnológico de los últimos 150 años trajo consigo ciertos “efectos secundarios” que, si bien fueron ignorados durante un tiempo, se han vuelto problemas globales que amenazan la estabilidad de las sociedades y los ecosistemas en todo el mundo. El crecimiento demográfico, las desigualdades sociales, el hambre, los conflictos armados, la escasez de agua, la contaminación y el cambio climático son sólo algunos de estos problemas, y cada uno de ellos se relaciona con el otro dando forma, en su conjunto, a un desafío complejo en términos de desarrollo social. 

Frente a este escenario, existe una inmensa necesidad de investigar, desarrollar e innovar sobre la base de la ciencia sistémica y, en particular, de la ciencia de la complejidad y el estudio de los sistemas sociotécnicos. Una característica importante de la innovación orientada al futuro es que fusiona el conocimiento científico con el ético. Para que la innovación sea eficiente, eficaz y efectiva así como también ética, estética y humanista, no hay una única persona que sea responsable de darle forma.

En este marco, aparece el desafío de constituir un nuevo actor: el líder de la innovación sistémica, que busca caminos para el diseño de emprendimientos sociales prósperos que dejen un legado de desarrollo y bienestar tanto para el presente como para las generaciones futuras.
En este sentido, busca la forma de crear el desarrollo de capital humano y social con redes sociales que contribuyan a producir sinergia entre sus participantes con el buen uso de la inteligencia colectiva de éstos, de manera que complementen al desarrollo científico y tecnológico necesarios a fin de que las comunidades evolucionen en su contexto social y ecológico al mismo tiempo.

Para ello, el individuo que decide ocupar este rol se debe enfocar primordialmente en la intersección de los entornos humano, tecnológico y ecológico, articulando las interdependencias entre hombre, tecnología y medio ambiente. Para conformar este tipo de liderazgo es necesario componer una agenda de investigación transdisciplinaria cuyo principal propósito consista en articular un modelo de desarrollo integral, lo que los científicos denominamos “desarrollo evolutivo”. Lo que se pretende es integrar el desarrollo personal, social, económico y sustentable bajo una perspectiva de tipo sistémica evolutiva basada en ciencias de caos y complejidad y no en biología darwiniana. Esta concepción del “desarrollo evolutivo” permite manejar diferentes dimensiones de recursos, incluyendo el capital intelectual, humano, social, natural y tecnológico, para el logro de una meta-estabilidad ética (sintonía) entre instituciones humanas y el medio ambiente.

El proceso de desarrollo se logra a partir de las competencias del liderazgo para la sustentabilidad y la creación de comunidades de aprendizaje evolutivas. Otro aspecto que estimamos que es esencial para cumplir con su función es la consideración de la premisa de que el desarrollo evolutivo, en el diseño de soluciones para los problemas económicos, sociales y ambientales, será más efectivo y duradero si surge de la experiencia y la participación de las personas involucradas. Si bien existe la capacidad para tener acceso a las fuentes de información relevantes a la toma de decisiones, como el acceso a internet, lo que falta son oportunidades de involucramiento y participación proporcionadas por estas mismas tecnologías de información y comunicación (las famosas TIC). El líder de la innovación sistémica reconoce situaciones en las cuales se puede desarrollar el capital humano en su plenitud, enhebrando intereses y fortaleciendo capacidades en contextos de alta potencialidad para movilizar la inteligencia colectiva con las TIC apropiadas.

En realidad, cualquier persona dispuesta a aprender y emprender para el beneficio de su comunidad puede ocupar este rol, sin importar edad, género, educación, ocupación o nivel socioeconómico. Por ejemplo, a través del Programa de Doctorado en Dirección de la Innovación Sistémica del ITBA, el potencial de este tipo de liderazgo se desarrolla para que a su vez pueda transformarse en un agente de cambio con el fin de que aplique y transfiera su experiencia en proyectos de emprendimiento social. Para que esto suceda es necesario fomentar sesiones de intercambio de experiencias, reflexión y colaboración entre los participantes. Estas sesiones deben estar estructuradas como comunidades de aprendizaje evolutivas, para crear integración y sentido de comunidad entre los participantes, aprender y reflexionar sobre los aprendizajes y pasar a conversar sobre posibilidades que llevarán al diseño y la implementación de proyectos colaborativos de emprendimiento social.

Ser un líder de la innovación sistémica se trata de la facilitación de un proceso de cambio evolutivo, informado, y siempre abierto al aprendizaje para un mayor entendimiento de las dinámicas complejas de cambio social y de las condiciones para su éxito. A su vez, debe de procurar no sólo impulsar los emprendimientos sociales, sino considerar como objetivo ideal la creación de un ecosistema de proyectos realizados por equipos que continúen aprendiendo y colaborando entre sí mediante una red de innovación social, convirtiéndose en los futuros protagonistas del cambio.

Las respuestas sistémicas a la complejidad de los desafíos contemporáneos a nivel local y global en términos personales, sociales y planetarios demandan una perspectiva más amplia: una manera de reconocer las interconexiones, de percibir el todo y las partes, de comprender los procesos y las estructuras, de mezclar opuestos aparentes. Son las nuevas destrezas de los líderes que quieren ser agentes del cambio sustentable en un mundo cada vez más interconectado e interdependiente caracterizado por ambientes VICA –volátiles, inciertos, complejos y ambiguos–.

*Director del Programa de Doctorado en Dirección de la Innovación Sistémica del ITBA.