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SUBAS

Luis D’Elía no tenía razón

El relato oficialista supone hacer de la excepción la regla, amplificando módicos beneficios y minimizando los amplios perjuicios de sus decisiones.

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Viajes según número de etapas. | A.I.

El relato oficialista supone hacer de la excepción la regla, amplificando módicos beneficios y minimizando los amplios perjuicios de sus decisiones. Desde la quita de retenciones bautismal, pasando por anuncios sobre impuesto a las ganancias, reparación histórica en jubilaciones, ampliación de la Asignación Universal, modificaciones en el Plan Progresar, etc., ese es el mecanismo elegido por el Gobierno y el vasto sistema de medios que lo legitima ya de forma grosera.

Veamos en acto este mecanismo retórico oficialista de amplificación/minimización. Este jueves 1º de febrero el Gobierno promovió un gran número de aumentos: medicina prepaga, peajes, electricidad y transporte. Tomemos el caso del transporte público, el incremento de mayor impacto sobre segmentos populares junto a la electricidad, donde –digamos de paso– a los megaaumentos se agrega el recorte escandaloso del alcance del ya estrecho universo de tarifas sociales.

El ministro de transporte, Guillermo Dietrich, anunció un tarifazo y señaló que los valores se aumentarán en tres etapas: el boleto mínimo en colectivos trepó de $ 6 a $ 8 a partir a partir del 1º de febrero, pasará de $ 8 a $ 9 en abril y $ 10 en junio. La suba total será del 66%. El mínimo del tren aumentó de $ 2 a $ 2,75 el pasado jueves, pasará a $ 3 en abril y llegará a $ 3,25 en junio. El primer incremento total superará el 62%.

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El subte, en tanto, subirá en abril. Se irá de $ 7,50 a $ 11 y llegará a $ 12,50 a mitad de año. Completará una suba del 66,7%. Como se ve, todos los aumentos en transporte cuadruplican la meta de inflación anual “corregida” del BCRA del 15% que pinta dibujada, pero ese es otro tema.

Retomando, para dar forma al relato de amplificación/ocultamiento típico del oficialismo y los medios que lo sostienen, el ministro Dietrich complementó el anuncio con la presentación de la Red SUBE, a la que el PRO bautizó con el paquetísimo nombre de “boleto polimodal”, que lo que hace es bajar el costo del segundo y el tercer pasaje del tramo.

Sin embargo, el “beneficio” que presentó como general el Gobierno y los medios oficialistas acompañaron –cuando no mintieron extendiendo falazmente el descuento al 40% de los usuarios– no alcanza al 89% de los pasajeros que se desplazan en la zona metropolitana para ir a trabajar, quienes deberán abonar el 66% de aumento pleno en las tarifas.

Los datos son oficiales de la Encuesta de Movilidad Domiciliaria en el Area Metropolitana de Buenos Aires, realizada por el Ministerio de Transporte de la Nación entre fines del año 2009 y principios de 2010. De los más de 20 millones de desplazamientos diarios en la zona metropolitana, el 89% se realiza en una sola etapa, y los viajes de dos o más etapas representan solo el 11% del total (gráfico).

El mecanismo de legitimación se repite: amplificar y minimizar –cuando no mentir– de manera grosera, transformando la excepción en regla.

Una modalidad de comunicación oficialista que se inscribe en el marco general que ya analizamos en PERFIL, donde concluimos en que Macri diseña su discurso pensando en un espectador promedio de 9 años de edad de maduración mental, y eso sí, debemos reconocer que le sale con una facilidad pasmosa.

El que mejor expresó esta particularidad estructural del discurso oficial fue el profesor Luis D’Elía, hoy preso político del régimen, cuando en un tuit sostuvo, con una claridad y una contundencia dignas de admiración: “Macri y los Ceos se cansan de darle negocios millonarios desde el estado a sus empresas. La eliminación de familiares en el gobierno es para la gilada. Macri está convencido de que somos 42 millones de pelotud@s”.

Imaginamos que muchos de ustedes no estarán de acuerdo con el tuit, estimados lectores de Perfil, y esta vez reconocemos que tienen razón.

Recientes estimaciones del intachable Indec de Johnny Todesca proyectan a la población argentina en 44.494.502  habitantes para julio de 2018, redondeando dos millones y medio más de pelotud@s que los que estima D’Elía. Cuando tienen razón, tienen razón, por algo somos amplios.


*Director de Consultora Equis.