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Economa| Demandas postergadas

Más ahorro, más consumo

Tras el freno que impuso la crisis, los que ganan más de lo que gastan buscan resguardar ese sobrante de las garras de la inflación .

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Un dilema tradicional de las familias con capacidad de ahorro es si privilegiar el consumo hoy o ahorrar una parte del ingreso para consumir en el futuro. Si mañana una persona quiere consumir por encima de su ingresos, no tiene otra que endeudarse o utilizar sus ahorros. En la Argentina hay más ahorro, luego de la crisis, pero además parte de ese ahorro se destina a recuperar el consumo durable postergado.

¿Por qué el ahorro es importante para los países? Primero, porque permite no depender de la entrada de capitales: tener un buen ahorro propio es la llave para financiar la inversión. En una economía la inversión siempre es igual al ahorro, pero una parte de las inversiones se financian con ahorro externo. La segunda razón tiene que ver con los ciclos económicos: si se ahorra en un momento bueno, se arma un colchón para un momento malo. Esta es una de las claves que justifica la importancia de tener una cultura de ahorro en los países.

Los que ahorran. El debate acerca de si consumir hoy o guardar para consumir mañana es, claro, un dilema de los que pueden ahorrar. ¿Cuántos son en la Argentina? Durante la crisis se esfumó la capacidad de ahorro. Ahorrar se convirtió en algo exótico. Pero de la mano de la recuperación económica, con la suba de ingresos, la relación consumo-ahorro fue encontrando un nuevo equilibrio.
Más gente ha empezado a ahorrar, como observan los economistas de la Fundación Mercado de Bahía Blanca, un centro de estudios que hace permanentes encuestas sobre confianza del consumidor y el ahorro de las familias. Hay una tendencia: el porcentaje de gente que genera ahorro viene subiendo, lo que muestra un cambio estructural asociado con la recuperación.

"Con la crisis la Argentina perdió la capacidad de ahorro, pero últimamente se está recuperando. Un 6,1% de las familias están generando hoy algún tipo de ahorro", cuenta el economista Oscar Liberman, presidente de la Fundación Mercado. Parece un número pequeño, y lo es frente a los niveles de ahorro de la Convertibilidad –cuando se llegó a un 30%– pero demuestra una clara mejora respecto de 2002. Este 6% es el porcentaje de gente que ahorró en agosto: el número total es más alto porque hay quienes no ahorraron durante ese mes pero ya mantenían ahorros.
Esta situación es resultado del crecimiento económico, de la suba en el empleo y en los salarios. De acuerdo a la Fundación Mercado, un 13% de las familias percibieron aumentos de ingresos durante los últimos tres meses. Esta tendencia de mayores ingresos y más ahorro permite mantener buenas perspectivas de consumo para el mediano plazo.

Destino. La pregunta que sigue tiene que ver con los destinos del ahorro. Las familias que pueden guardar una parte de su ingreso, ¿qué hacen con él? El dilema de los que ahorran es dónde invertir el dinero. La confianza en los bancos se restableció, pero los rendimientos reales son negativos. La tasa de interés de un plazo fijo está –en promedio, según datos del Banco Central– en un 6,8% anual. La inflación se proyecta en un 10% para el año: esto significa que se pierde plata poniendo dinero en un plazo fijo.

Los inversores con más información van a los bancos a buscar otras alternativas más o menos riesgosas (títulos, acciones, fideicomisos) que rinden 12% o más anual, derrotando así a la inflación. Un caso es el de la cédulas hipotecarias que entregan ganancias de un 9% más ajuste de inflación. Sin embargo, se debe tener en cuenta que sigue siendo muy importante el ahorro que está afuera del sistema financiero.

"Los que ahorran se plantean dónde guardar el dinero. Por lo que vemos, hay un ahorro hormiga en dólares que persiste en los sectores de menores ingresos, y una búsqueda de rentabilidad en los sectores de ingresos altos", afirma Liberman. Los que ponen dinero en dólares no hacen las cuentas porque la divisa viene perdiendo la carrera contra la inflación, pero se sienten seguros guardando dinero en moneda norteamericana. Los inmuebles –la compra "desde el pozo" por ejemplo– han sido también una opción utilizada por los sectores más acomodados para guardar y reproducir sus ahorros.

Una parte del dinero ahorrado por los argentinos se ha destinado a bienes de consumo durable: desde autos a departamentos para alquiler pasando por electrodomésticos de alto valor, que muchas veces se adquieren con dinero que no está en el sistema bancario. El efecto ingreso es notorio: ante demandas postergadas por la crisis, muchos tomaron la decisión de darse un gusto y destinaron ahorro a consumo durable.