COLUMNISTAS
REACCIONES POR EL ABORTO

Miserias vaticanas

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Palabras divinas. Su discurso “progre” se ve desmentido por hechos concretos. | afp

Si algo faltaba para que la impotencia ante la modernidad y la miseria ética, moral y social de la Iglesia Católica quedasen en evidencia, las declaraciones del papa Francisco a propósito de la aprobación del aborto legal en Argentina completaron los elementos de prueba. Francisco calificó de “moda” el tema del aborto y dijo que es “lo mismo que hacían los nazis para cuidar la raza, pero con guantes blancos” (https://www.infobae.com/politica/2018/06/16/para-el-papa-francisco-el-aborto-en-algunos-casos-es-nazismo-con-guantes-blancos/).
Las reacciones ante este dislate reaccionario, en particular de la comunidad judía, fueron numerosas. Por ejemplo, una agrupación de mujeres católicas argentinas: “¿Está llamando al movimiento feminista y de mujeres como superficiales, parte de una moda pasajera, negando los dolores y las injusticias a los que responde esta profunda expresión popular? El Pontífice sigue desvalorizando a aquellas personas que hace décadas (dentro y fuera de la Iglesia) venimos poniendo nuestro cuerpo y nuestro tiempo para lograr una sociedad más justa” (https://www.unosantafe.com.ar/el-pais/una-agrupacion-feministas-catolicas-le-respondio-al-papa-sus-dichos-el-aborto-n1626525.html).
Esta columna ya ha destacado que la Iglesia Católica eligió a un papa de extracción populista tratando de frenar la caída de vocaciones y la fuga de fieles hacia el laicismo, el ateísmo o el protestantismo, cada vez más acentuada, como reacción ante los diversos escándalos financieros, de pederastia, etc., que la sacuden (“Francisco: ¿Juan XXIV o Juan Pablo Pablo III?”, PERFIL, 30-3-13). Desde entonces, el discurso “progre” de Francisco sobre diversos asuntos se ve desmentido por su actitud concreta ante hechos concretos. Antes de esta reacción furiosa y desmedida frente a la “traición” de muchos de sus fieles y compatriotas, Francisco se había visto obligado a aceptar la renuncia del obispo chileno Juan Barros, acusado de encubrir numerosos casos de pederastia. Las declaraciones de Francisco respecto a que las acusaciones que incriminaban a Barros eran “calumnias” habían suscitado un escándalo en la grey, la sociedad y los medios. Lo mismo, el silencio o encubrimiento ante las violaciones de menores –cientos, miles– en todo el mundo católico. El cardenal George Pell, consejero directo de Francisco y máxima autoridad de la Iglesia australiana, está imputado por múltiples abusos de menores y encubrimiento masivo de sacerdotes (El País, 30-6-17). En Argentina, Nicola Corradi, uno de los sacerdotes detenidos por abusos a más de sesenta niños sordos en el instituto Antonio Próvolo de Mendoza, había sido trasladado desde el mismo instituto en Verona, Italia, acusado de los mismos crímenes. Según los abogados de las víctimas, “Francisco sabía de los curas denunciados en Italia” y enviados al Próvolo argentino (Clarín, 19-5-17).
Así, y según un estudio realizado por el Pew Research Center en 18 países latinoamericanos, el principal reservorio del catolicismo, entre 1970 y 2014 los católicos pasaron del 92% al 69%. En el mismo período, los protestantes subieron de 4% a 19%. Muchos católicos piensan que algunas de las enseñanzas de su Iglesia deberían revisarse. Por ejemplo, el 66% de los católicos latinoamericanos cree que la Iglesia debería permitir los métodos anticonceptivos. En Chile, Venezuela, Argentina y Uruguay, ocho de cada diez católicos están a favor del cambio de la Iglesia en cuanto a anticoncepción. También un 60% de los católicos latinoamericanos propone permitir el divorcio. Los católicos de Chile (82%), Uruguay (78%) y Argentina (77%) son los que muestran mayor tendencia a los cambios (http://diario.latercera.com/edicionimpresa/el-mapa-de-los-cambios-en-la-religion-de-america-latina/).
En la muy católica Irlanda, un 66% de la población votó a favor de la legalización del aborto en un referéndum.
Vamos con la razón, católicos que razonan.

*Escritor y periodista.