COLUMNISTAS
DIA MUNDIAL DE LA SALUD

Ampliar la cobertura para construir un sistema humano, justo y de calidad

Para dar cuenta de estas nuevas enfermedades de la pobreza, Argentina tiene un sistema de salud extremadamente fragmentado y plural.

hospital de clinicas de buenos aires 20190406
Hospital de Clínicas. | NA.

Argentina está transitando el último trecho de la transición demográfica, epidemiológica y nutricional que comenzó en las primeras décadas del siglo pasado y que aún no ha concluido. En este sentido, nuestro país se encuentra en la etapa donde la mayoría de las muertes son producidas por las llamadas enfermedades degenerativas causadas por el hombre, cuyas primeras causas son las enfermedades crónicas como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que explican hoy más de 70% de las muertes en nuestro país.

A diferencia de las enfermedades infecciosas, que se asocian a microorganismos como bacterias, virus, hongos o parásitos, las enfermedades crónicas y muchos de sus factores de riesgo como la presión arterial alta, la diabetes, la obesidad, el tabaquismo y las alteraciones de los niveles de colesterol, entre otros, encuentran como determinantes la adopción de estilos de vida no saludables.  De hecho, tres factores de riesgo como el tabaquismo, la mala calidad de la dieta y la falta de actividad física son la causa principal de las cuatro enfermedades crónicas mencionadas, las que a su vez contribuyen con más de 50% de las muertes prevenibles. Estos factores de riesgo tienen un enorme impacto social porque afectan principalmente a la población de menores recursos. 

Así como en general pensamos que la enfermedad de Chagas y la tuberculosis son ejemplos de enfermedades de la pobreza, creemos que el infarto cardíaco, la obesidad o la diabetes son enfermedades de los ricos y bien alimentados. Nada más desacertado: las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en nuestro país, afectan mucho más a los más pobres que a la franja de mayores ingresos. Y no es sólo que la pobreza produce enfermedad sino también que la enfermedad perpetúa la pobreza y muchas veces no sólo afecta a los individuos sino también a las sociedades. Este es el caso de la epidemia de obesidad infantil que afecta a más de 40% de los niños y adolescentes en nuestro país, y que si no actuamos hoy, no sólo va a producir enfermedades crónicas en esos niños cuando sean adultos sino que indefectiblemente va a comprometer el desarrollo económico futuro de nuestro país.

Para dar cuenta de estas nuevas enfermedades de la pobreza, Argentina tiene un sistema de salud extremadamente fragmentado y plural. Aunque más de 10% del PBI se gasta en salud, uno de los más altos en la región, nuestros resultados están por debajo de lo que debiéramostener dada la magnitud de ese gasto. Además de eso, nuestro sistema sigue siendo muy desigual. Por ejemplo, la mortalidad infantil varía entre dos y tres veces entre distintas provincias, la mortalidad materna, ocho veces; el tiempo al tratamiento inicial del infarto de miocardio, que es crítico para la supervivencia del paciente, varía ampliamente entre provincias u obras sociales ricas y pobres, la mortalidad por cáncer de cuello de útero, asociado a la pobreza, varía casi 8 veces y la de cáncer colorrectal, casi 5 veces entre regiones ricas y pobres de nuestro país debido a menores prácticas preventivas.

Esta es la principal razón por la cual estamos avanzando hoy en la implementación de la CUS, la cual consiste en asegurar que todas las personas reciban los servicios de salud que necesitan, con adecuado acceso y calidad y sin tener que sufrir penurias financieras para pagarlos. Si bien en la Argentina cualquier ciudadano o residente tiene derecho a recibir atención gratuita en una institución de salud pública, cobertura nominal no es lo mismo que cobertura efectiva. CUS no es sólo poder atenderse episódicamente en la guardia de un hospital o en un centro de salud, sino que además implica que esa atención sea realizada oportunamente y con calidad, brindada por un médico de familia que sea un especialista en la persona que está atendiendo, más que en un órgano, sistema o género y que sea responsable del cuidado de la familia a lo largo de su ciclo vital. Que este médico de cabecera y el equipo de salud brinden primer contacto, acceso, integralidad, continuidad y coordinación de cuidados. Que accedan a una historia clínica digital que asegure la continuidad de la atención entre el centro de salud y el hospital y que la información clínica esté siempre disponible para poder tomar mejores decisiones y con mejor calidad.  

Hoy, 7 de abril, en el Día mundial de la salud revalorizamos el camino hacia la CUS como un proceso para reducir las brechas de inequidad en el acceso a los servicios de salud entre las jurisdicciones y entre los tipos de cobertura (pública, privada y de la seguridad social), para que nuestros ciudadanos tengan una atención más centrada en la persona dentro de un sistema de salud más justo y con mejor calidad, independientemente de dónde vivan, el tipo de cobertura sanitaria o su condición socioeconómica.