COLUMNISTAS

Pacho, Cafiero, Brienza y Dentice o quiero mi porción de queso

El peronismo tiene una derecha y una izquierda, pero la facción más numerosa es la oportunista.

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Un querido y generoso amigo, Pacho O´Donnell, preside un instituto de revisionismo histórico financiado por el gobierno para reivindicar a todos quienes defendieron las ideas nacionales y populares “ante el embate liberal y extranjerizante”, calamidad que, supongo, debe haber inspirado bastante al menemismo, fuerza política en la cual Pacho fue destacado diplomático, funcionario y legislador. Un político admirable, Antonio Cafiero, escribe unas memorias prologadas por Cristina Kirchner olvidando que la Presidenta ha sido, según lamentaba el propio Cafiero hasta el año pasado, la principal traba para que se levante la estatua de Juan Domingo Perón, a un costado de la Casa Rosada. Un apreciado colega, Hernán Brienza, se atreve a polemizar con un historiador de la trayectoria revisionista de Norberto Galasso, a quien acusa de “hacerse la víctima” por negarse a integrar el flamante instituto de revisionismo histórico del gobierno. Una joven periodista, María Victoria Dentice, escribe en el diario Tiempo Argentino una columna de antología, en la que cuenta que Néstor Kirchner se le apareció en sueños para darle fuerza y que se lo dijo a Cristina, quien le confesó: “Yo no puedo soñarlo, ¿sabés?”.

Todo esto pasó en los últimos días. Parecen los inventos de un periodista delirante o borracho, o los informes de aquel corresponsal de un diario extranjero creado por el genio de Osvaldo Soriano en sus crónicas para Página 12, el viejo y añorado Página 12, sobre las peripecias del menemismo, en los noventa.

Tal vez todo esto tenga también que ver con los reacomodamientos dentro del kirchnerismo como versión del movimiento fundado por Perón. El peronismo es tan variado y está tan presente en la vida de todos los argentinos que bien puede aguantar una interpretación más: creo que incluye a un sector de derecha y a otro de izquierda pero que la facción mayoritaria es la oportunista. Esto puede ser positivo desde el punto de vista de la gobernabilidad de un país difícil, como la Argentina, dado que una vez que aparecen un jefe o una jefa, los peronistas tienden a encolumnarse rápidamente detrás de él o de ella; también los que piensan en desbancarlo o desbancarla en el corto o mediano plazo.

Claro que, mirado desde quienes no son peronistas, este festival de oportunismo se vuelve asfixiante e incomprensible. Es más entendible en el caso de políticos como Cafiero, que nunca pierden la esperanza de influir en la política del presente, ni siquiera cuando escriben sus memorias. En el caso de periodistas e historiadores provoca un dejo de pena y melancolía. Por ejemplo, Dentice alaba que “hoy los jóvenes tenemos oportunidades que hace mucho no teníamos, lo que en otros países son lujos, como ir a una universidad sin pagar”. Por favor, que alguien en Tiempo Argentino le diga que la universidad pública y gratuita es anterior a 2003 y de paso, que hubo una reforma universitaria bastante progresista hace casi un siglo.

*Periodista, autor de “Operación Primicia”.