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Mas alla de lo que le toco a la seleccion

Que el sorteo no tape los problemas

El sorteo del Mundial nos ocupó una buena parte del viernes. Parecía no existir otra cosa. Basile, por ejemplo, les dijo a sus íntimos que si Boca perdía esta noche con Independiente se iba.

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El sorteo del Mundial nos ocupó una buena parte del viernes. Parecía no existir otra cosa. Basile, por ejemplo, les dijo a sus íntimos que si Boca perdía esta noche con Independiente se iba. Y no hubo manera de meter el tema, estábamos muy preocupados por si nos tocaba Francia, Eslovenia o Portugal. Un empresario futbolístico, por citar otro caso, está intentando colocar a Darío Bottinelli (el volante) en Independiente. Nada. Todos seguimos preocupados por si a Brasil le toca un grupo difícil o si los ingleses tendrán dificultades serias. Es más, Leo Astrada anunció que no tendrá más en cuenta a Fabbiani. Sin embargo, nadie lo oyó. Todos querían saber si España –exponente mundial del tiki tiki– tendría una zona accesible.

No sé si, efectivamente, hay grupos accesibles en un mundial a esta altura de los acontecimientos. El grupo de la Selección, –el B– está integrado (además de Argentina) por Nigeria, Corea del Sur y Grecia. Nigeria ya fue campeón olímpico (ganándole la final a Argentina, dicho sea de paso) y Grecia, hace cinco años, le ganó la Eurocopa de Portugal a Portugal. Fue graciosamente maltratado por la patria futbolera argentina porque “jugaba feo”. Ganó los partidos que tenía que ganar y derrotó al local en la final. Y acá decían que jugaban feo. Era Grecia, no Alemania. ¿Qué quería que hiciera? Diez años antes de ese logro, había sido último en el Mundial de Estados Unidos. Además (y afortunadamente) el fútbol es un juego dinámico y los equipos más débiles han progresado. O sea, esto no significa que Corea del Sur vaya a ganar un mundial aún. Pero ya no es tan fácil para los grandes derrotar a estos equipos.

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En el mundial del 50, por ejemplo, Estados Unidos derrotó a Inglaterra 1 a 0 en Belo Horizonte, con un gol histórico de un tal Joel Gaetjens. Fue tan sorpresivo el resultado que la telegrafista que recibió la noticia para repartirla hacia el mundo primero dijo “¿Inglaterra 1 – Estados Unidos 0? ¿Me puede repetir, por favor?”. Ahora, una victoria norteamericana no sería la sorpresa de nadie. No porque Estados Unidos sea más que Inglaterra, sino porque Estados Unidos creció hasta ubicarse en un sitio bastante más cercano al inglés que el que tenía en aquel lejano 1950.

La misma sorpresa generó la victoria de Corea del Norte sobre Italia 1 a 0 en Middlesbrough, en ocasión de la Copa del Mundo de Inglaterra 66 y con un gol de Pak Doo Ik, un delantero que además de futbolista era dentista. Los italianos fueron eliminados en primera ronda y recibidos a monedazos en su país, con títulos de diarios que hablaban de vergüenza.

Estos dos, más el triunfo de Argelia sobre Alemania en 1982 o la victoria de Irlanda del Norte sobre España también en la Copa del 82 podrían ser batacazos inesperados. Eso ya no es así. Posiblemente, Alemania le gane a Argelia o a cualquier rival que se le cruce. Pero ya no será tan fácil.

Argentina tiene un problema extra, más allá de los rivales que le tocó: no tiene un equipo armado, ni se vislumbra una formación base, a 186 días del inicio de la competencia. Uno apenas puede balbucear a pocos jugadores con el puesto asegurado: Demichelis, Mascherano y Messi, más el arquero Romero podrían ser cuatro titulares firmes en Sudáfrica. Pero no hay más. Podríamos discutir hasta el hartazgo el sistema a utilizar o la táctica y la estrategia. Podemos debatir acerca de los jugadores. Pero Maradona necesita tener en claro la idea y trabajar sobre ella, llevarla adelante, concientizar a los jugadores y convencerlos de que ese sistema es el mejor. Insisto, no importa tanto el sistema que Argentina use, como que lo haga bien. Cualquier esquema bien llevado a cabo puede servir. Cualquier sistema mal hecho o con jugadores en bajo nivel individual irá al fracaso.

Todo eso tiene que estar claro antes de cualquier análisis de los rivales. Nigeria, por citar sólo un caso, ya no es aquel equipo de juego vistoso que derrotó a Brasil y a Argentina en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Ahora, es una selección rápida, fuerte y de mucho roce físico. Decayó en técnica. Sin embargo, un partido con Nigeria hoy puede ser durísimo. Marcan, son disciplinados. Además, les convierten pocos goles. En lo que va de 2009, le hicieron cinco goles. Pero ganó muchos partidos por la mínima diferencia. Para superar a un equipo de estas características –también afines a Corea y, en menor medida, a Grecia– necesita de un equipo argentino bien preparado, con los movimientos ofensivos bien trabajados. Necesita del mejor Messi, de un gran Tevez o del Kun Agüero de su segundo año en Atlético de Madrid. Sin el Mascherano de la era Basile o el Demichelis de siempre, será muy difícil todo, independientemente de lo que nos cruce por delante.

En el tiempo que queda, lo que debería hacer Maradona y quien lo acompañe en el cuerpo técnico es mirar hacia adentro. Tendrán que caminar, viajar y mirar para saber quiénes estarán a la altura de las circunstancias. Diego deberá emplear a fondo su ojo futbolero para no equivocarse en la elección de apellidos y sistemas. Lo que viene es el mundial y ahí el margen de error es casi cero.

Equivocarse en un mundial equivale a un regreso prematuro, sin importar la estatura de los rivales.