1. El cumplimiento de la Constitución es la única vía segura para el buen ejercicio de las funciones públicas y el respeto a los derechos individuales. En mi gobierno, garanticé la autonomía de los órganos responsables de las investigaciones de actos de improbidad y corrupción, pero siempre exigí el respeto a la ley y a los derechos de todos los investigados.
2. En este momento, en mi calidad de jefe de Estado, considero necesario ponderar que todos nosotros, agentes públicos, indpendientemente del Poder en el que actuemos, debemos tener un profundo sentido de la responsabilidad en relación al cumplimiento de nuestras competencias constitucionales. Es necesario que las investigaciones prosigan, para el castigo final de quien deba ser castigado. Pero en el ambiente republicano y democrático, el protagonismo de la Constitución, bajo la orentación del Supremo Tribunal Federal, constituye una importante salvaguardia. El respeto a los derechos individuales pasa, en las investigaciones, por la adopción de medidas apropiadas que jamás resulten en medidas más graves que las necesarias para el esclarecimiento de los hechos. Las filtraciones ilegales, los prejuicios antes del ejercicio de una amplia defensa, no contribuyen para la búsqueda de la verdad, sino que apenas sirven para impulsar la intolerancia y las retóricas antidemocráticas.
3. Por eso, manifiesto mi integral inconformismo con el hecho de que un ex presidente de la República que, en varias oportunidades, compareció voluntariamente para prestar aclaraciones ante las autoridades competentes, sea ahora sometido a una innecesaria "conducción coercitiva" para prestar un testimonio.
*Comunicado de la Presidencia de Brasil.
