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El economista de la semana

Se viene un 2014 con muchos desafíos y pocos ganadores

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Luego de un 2013 en el que la característica sobresaliente fue la heterogeneidad sectorial, con algunos pocos ganadores (como el sector automotriz en la primera mitad del año), otros con una buena performance (como la construcción, el sector automotriz y algunas ramas del consumo masivo) y muchos perdedores (entre los que sobresalen el inmobiliario y la molienda de trigo), el año próximo asoma complicado. Sin dudas, nos enfrentamos a un escenario extremadamente complejo en lo económico, político y social.

En el plano internacional, todas las miradas están puestas en las decisiones que pueda tomar la FED en el corto plazo, ya que finalmente este mes comenzó a reducir el ritmo del QE3, lo que permite adelantar el inicio de un ciclo de menor liquidez internacional. En tanto, China enfrenta las dificultades de hacer un switch en su modelo de crecimiento a uno menos dependiente de las inversiones y con mayor soporte en el consumo doméstico, mientras que Brasil deberá resolver las inconsistencias en un marco de débil crecimiento y dominancia monetaria, y con una alta exposición al posible cambio de ciclo internacional.

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El mercado interno, por su parte, mantendrá un débil crecimiento, dado que los drivers que explicaron la expansión del consumo en los pasados años continuarán perdiendo impulso.

En particular, el estancamiento del empleo y una leve caída del salario real quitarán dinamismo al gasto de los hogares, en un contexto en que muchos factores compiten por la absorción de la masa salarial.

En este escenario, a nivel productivo no esperamos grandes ganadores para 2014. No volverá a operar el efecto de bajas bases de comparación, ni tampoco habrá sectores estrella.

En cambio, se estima un menor crecimiento general, a tono con las proyecciones de menor ritmo de avance para el PIB, y con grandes heterogeneidades. Mientras que en la medida que no se logre aliviar la restricción externa, el gobierno seguirá restringiendo fuertemente las importaciones, lo que continuará afectando el acceso a insumos y bienes de capital.

En cuanto al agro, que traccionó fuerte en 2013, las perspectivas resultan heterogéneas. Se espera una baja cosecha de trigo para 2013/14, tanto por las distorsiones regulatorias como por el impacto negativo del clima en la siembra. A la vez, la producción de maíz también resultaría menor a la última campaña, principalmente por factores climáticos. No obstante, existen mejores proyecciones para la soja, dado que se espera una producción local cercana a los 50 millones de toneladas. La característica común para los principales cultivos es la perspectiva de una caída en los precios internacionales (de la mano de la buena cosecha esperada en el hemisferio norte), lo que podría repercutir negativamente en el valor de la cosecha para la campaña 2013/2014. Aunque, en sentido contrario, el mayor ritmo de depreciación del peso podría compensar este efecto, incrementando los ingresos en moneda doméstica.

Mientras tanto, la industria podría lograr un crecimiento en 2014, aunque el mismo resultará magro y el sector seguirá enfrentando crecientes dificultades.

La mirada seguirá puesta en lo que ocurra tanto a nivel interno como en Brasil, en un contexto de costos en aumento, pérdida de posicionamiento en algunos mercados internacionales y problemas estructurales que afectan la competitividad industrial.

En particular, habrá que estar atentos al comportamiento del sector automotriz, que luego de mostrar una buena performance en 2013 se enfrenta a mayores desafíos. Por el lado externo, el mercado brasileño no logra despegar, en el marco de una economía débil y muy vulnerable a las perturbaciones externas.

Además, en un entorno altamente competitivo, será difícil que Argentina logre mantener la inserción en su  mercado de exportación. Mientras tanto, en el frente local, las medidas de intervención recientemente anunciadas recortarán los volúmenes del mercado. Si bien las mismas se orientan fundamentalmente a racionar las importaciones, el gran riesgo es que Brasil tome medidas de reciprocidad y termine afectando a las exportaciones argentinas.

En alimentos y bebidas, se espera una desaceleración en el crecimiento de carnes, de la mano de un consumo per cápita que alcanzó valores máximos, y una lenta recuperación de las exportaciones de este rubro.

En tanto, aparecen alarmas por el límite crítico de la faena de hembras alcanzada en los últimos meses, lo que podría derivar en una baja del stock ganadero.

En el caso de la molienda de soja, si bien no habrá un gran repunte en la cosecha, la acumulación de stocks permitirá sostener un crecimiento elevado. En tanto que las perspectivas para bebidas arrojan mayor competencia por ampliar la participación de mercado, debido a un menor crecimiento de la demanda. Finalmente, los lácteos tienen un panorama positivo gracias a un precio internacional de la leche en polvo que se encuentra en valores cercanos a los históricos.

Respecto de sustancias y productos químicos, se espera que siga manteniendo un crecimiento moderado el año próximo. Mientras que laboratorios es un segmento marcadamente inelástico, y lograría otro año de expansión aunque a tasas más moderadas que en 2013, home y personal care seguiría creciendo sobre la base de las posiciones ganadas en la canasta de consumo. En tanto, los agroquímicos sentirían el impacto de menores ingresos en el agro.

Por el lado de las economías regionales, a pesar de la mejora marginal en términos de competitividad que supone un mayor ritmo de devaluación de la moneda local durante los pasados meses, esto no resulta suficiente en todos los casos para corregir los desbalances acumulados.

Costos en dólares en aumento, demanda estable y mayor competencia internacional son los factores que determinan las dificultades que deberán enfrentar las producciones regionales.

Por su parte, la construcción aparece como uno de los sectores con mejores perspectivas para 2014. Si bien desaparecerá el empuje de un año electoral, se espera que el plan PROCREAR continúe traccionando. Al mismo tiempo, se mantendrán las condiciones que vuelven más atractivas las inversiones en ladrillos, frente a una escasez de alternativas de ahorro. Así como también jugará a favor un cierto acomodamiento del sector a las distorsiones en los precios. No obstante, la tendencia al alza de las tasas empezará a jugar en contra.

En resumen, desde una mirada sectorial, el panorama para 2014 no resulta alentador. Si bien algunos sectores como el agro y la construcción aportarían al crecimiento en 2014, su fuerza de tracción será menor a la de este año. A su vez, el desempeño sectorial seguirá estando sujeto a las decisiones de política económica, en un contexto de elevadas distorsiones, tanto a nivel macro como microeconómico, y de dificultades para el acceso a insumos para la producción, por lo que habrá que estar atentos a las dificultades que puedan surgir en estos frentes.