COLUMNISTAS
Defensor de los Lectores

Si el entrevistado erra, el periodista debe señalarlo

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‘Bajo bandera’. Un film que Solá protagonizó en los 90, antes de irse a España. | Silvestro

En la historia profesional de un periodista suelen incrustarse –como molestas piedras en el zapato– afirmaciones de entrevistados que no se someten a la verdad sino que suelen ser mentiras piadosas, errores involuntarios, falacias o definiciones mal interpretadas por quien entrevista. Por cierto, si se trata de un dato de muy difícil comprobación, el error puede pasar inadvertido por el periodista y –claro– por sus destinatarios, que son los lectores, el público. Pero si se trata de algo que el conocimiento del personaje, de su biografía, de su obra y su historia muestra como error indudable, es una grave omisión del periodista no cuestionarlo y darlo –en consecuencia– por cierto.

En la edición de ayer, buena parte de las páginas 4 y 5 del suplemento Espectáculos fue ocupada por una entrevista al talentoso actor Miguel Angel Solá como uno de los protagonistas del film Tampoco tan grandes, dirigido por Federico Sosa. Solá dice en el reportaje realizado por Juan María Domínguez: “Es mi primera película argentina. Cuando me convocaron Luis Puenzo y Pablo Solarz, fue por España”. Cierto es que el actor vivió y trabajó intensamente durante casi veinte años en ese país, pero no lo es que se trata de su primera película argentina: en su larga carrera filmó alrededor de medio centenar de films, la mayoría de los cuales fueron realizados en la Argentina por directores argentinos, productores y guionistas argentinos. Por solo mencionar algunos títulos célebres, su filmografía incluye La nave de los locos (Ricardo Wüllicher, 1995), Asesinato en el Senado de la Nación (Juan José Jusid, 1984), Sur (Fernando Solanas, 1987), Bajo bandera (Jusid, 1997).

Hay, entonces, una sucesión de errores de concepto al escribir la nota, al interrogar al protagonista y al editar  reportaje:

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*El redactor omite repreguntar cuando Solá hace su afirmación. ¿Pudo ignorar el periodista, además crítico de cine, la historia cinematográfica de su entrevistado? No parece razonable, por lo que llama la atención su pasiva aceptación. El propio autor da dos veces más por cierta la afirmación: sin encomillar, define Tampoco tan grandes como “la primera película argentina de Miguel Angel Solá”. Y más adelante, reitera y le pregunta: “Esta es tu primera película argentina, ¿hay algo de eso que te duele o te molesta?”.

*Quien tuvo la responsabilidad de editar el reportaje también puso su cuota de complicidad con el error: en la bajada del título, dice que “Tampoco tan grandes es su primer film argentino”.  No parece razonable que los responsables de la sección ignoren la trayectoria de Solá, uno de los grandes actores argentinos de fines del siglo XX y lo que va del XXI.

La pregunta es por qué pasaron tales errores por los necesarios filtros previos a la publicación. La única respuesta es que se dio por general lo que es particular, sin aclarar que la película en cuestión es, sí, la primera puramente argentina desde que Solá se fue a vivir a España en julio de 1999, cuando él y su familia recibieron amenazas.

Corrección incorrecta. Dos errores, atribuibles a la etapa de corrección, en sendos títulos, ambos en la edición de ayer:

◆ En la página 2 de Deportes se dice que “A Vélez se la escapó”. Debió decir, claro, “se le escapó”.

◆ En las páginas 58 y 59, la nota “El mercado del cáncer, choque de titanes en el futuro de la medicina” está referida a la puja judicial entre dos grandes laboratorios por los derechos de un medicamento empleado en la lucha contra esa enfermedad. El título de un recuadro al pie de la página 59 contiene un error tipográfico que resulta, para colmo, un tanto escatológico: “Un terremoto en el merdado de la salud”. Debió decir “mercado”.