Sorpresa e incertidumbre

La historia de las primarias en Estados Unidos muestra que por, lo general, después del llamado “supermartes” suelen quedar definidas las tendencias en ambos partidos políticos. Pero ello no ha sucedido en el Partido Demócrata. Por eso, los expertos han señalado que estas primarias son las más inciertas y cambiantes en medio siglo.
Tres meses atrás se esperaba que Hillary, por los demócratas, y Giuliani, por los republicanos, compitieran en una elección donde la combinación del desgaste de Bush, más el descontento por la guerra de Irak y la insatisfacción por la economía volcaran las chances definidamente a favor de la candidata opositora.
Pero, varios han sido los cambios en poco tiempo. El favorito republicano quedó rápidamente fuera de campaña y McCain se terminó imponiendo sorpresivamente. Eso cambió la perspectiva del oficialismo, que está nominando a un candidato de clase media que no es millonario, no pertenece al fundamentalismo religioso y, además, es un ex combatiente de Vietnam, preso y torturado.  Y Obama resultó un candidato más fuerte de lo esperado, generando un imprevisto desafío para Hilary, que no lo pudo resolver en el “supermartes”. Lo reñido de la pugna entre los dos precandidatos demócratas ha endurecido sus campañas, y ello les ha provocado un inevitable desgaste, el cual favorece en términos relativos al candidato republicano, ya consagrado y con el partido encolumnado detrás de él.
La indefinición en los demócratas parece haber creado un segundo “supermartes” (que será el 4 de marzo), cuando otro conjunto de estados voten en las primarias. Ese día, Texas y Ohio serán las estrellas.
El “supermartes” confirmó que estas primarias son las primeras realmente globalizadas, ya que son seguidas con atención en todo el mundo. En la noche del 5 de febrero, en todas las pantallas de televisión del mundo, estaban las imágenes de los precandidatos norteamericanos, convertidos en figuras internacionales y despertando incluso simpatías en diversos continentes y países