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inflacion y censura, detras de shannon y la reunion con el campo

Telón de fondo

La semana había ido avanzando al paso de la incertidumbre. Los ruralistas veían que los días pasaban y la iniciación del diálogo con el Gobierno se dilataba. Es más, desde algunas de las oficinas del poder se había hecho trascender que deberían tener paciencia, que las negociaciones estarían a cargo de funcionarios de niveles técnicos y, por ende, carentes de decisión política.

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La semana había ido avanzando al paso de la incertidumbre. Los ruralistas veían que los días pasaban y la iniciación del diálogo con el Gobierno se dilataba. Es más, desde algunas de las oficinas del poder se había hecho trascender que deberían tener paciencia, que las negociaciones estarían a cargo de funcionarios de niveles técnicos y, por ende, carentes de decisión política.
Fue entonces que alguien, con tino, se dio cuenta de que todo ello llevaba a la nada y que la nada significaba, lisa y llanamente, la reapertura del conflicto que tanto angustió a la  sociedad y que puso al Gobierno frente a una inesperada prueba política para la que no estaba preparado.
Allí, pues, se sugirió la idea de la carta a la Presidenta por parte de las 4 entidades rurales (Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Coninagro y la Federación Agraria Argentina). En esa carta se hablaba de la intención del sector de trabajar en pos de la inclusión social y de la mejor distribución de la riqueza.
Esto le cayó bien a la Dra. Fernández de Kirchner quien, en una  buena determinación, decidió encabezar, ella misma, la primera reunión entre el Gobierno y el campo. Y así se arribó a ese encuentro que tuvo lugar el último viernes en la Casa Rosada. Las crónicas ya han detallado la minuta de la reunión que duró tres horas y en las que la Presidenta llevó la iniciativa, demostrando haberse informado en cuanto al manejo de cifras referidas al sector.
La anécdota de toda la reunión deja un mensaje claro acerca de los efectos beneficiosos que tiene para un gobierno y para una sociedad el diálogo entre los que piensan distinto. Ojalá que el Gobierno aprenda esta lección. 
La anécdota también deja una enseñanza de cómo y cuánto el reconocer errores propios ayuda para que los otros reconozcan también los suyos.
La anécdota, a su vez, muestra de cuán perjudicial es para la imagen de la Presidenta el uso excesivo del atril.
La anécdota, al fin, es un claro ejemplo de cómo el diálogo fortalece la imagen presidencial mientras que el grito y las destemplanzas la debilitan.
La semana también tuvo para el Gobierno el dulce de la recomposición de las relaciones  con los Estados Unidos a través de la visita del subsecretario de Asuntos Hemisféricos  del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Thomas Shannon, que derramó elogios para la Presidenta. Lo mismo hizo el presidente George Bush al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de la Argentina en Washington, Héctor Timerman. El rol del gobierno de los Estados Unidos para que la Argentina arregle la deuda con el Club de París es determinante. Ante la evolución de la crisis financiera internacional éste es un tema muy importante  Y entonces ¿La Operación “Basura” de la que tanto habló la Presidenta cuando hizo eclosión el caso de la valija de Antonini Wilson, en dónde quedó?

Claro que, tanta buena onda junta, no podía dejar de ser salpicada por los viejos vicios del matrimonio presidencial. Uno de ellos el INDEK. El otro, los ataques contra la prensa.
Vayamos por parte.
La inflación –perdón, debí decir el dibujo del Indice del Precios al Consumidor (IPC) del INDEK– fue para el mes de marzo del 1,1%.
Comparemos:

Veamos ahora el informe de la consultora Equis que dice, en uno de sus párrafos, lo siguiente:

“Para contrastarlo (al índice del INDEK) y dada la controversia existente sobre la calidad de los números oficiales, Consultora Equis, a la medición de la Canasta Básica agrega sus propias mediciones de precios al consumidor.”

Para esta consultora el índice de inflación de marzo fue del 1,47%.

Una de las alusiones preferidas de la Presidenta en muchos de sus discursos hace referencia al rigor intelectual.
De hecho, minutos antes de iniciar su reunión con los dirigentes de las entidades agrarias, Cristina Fernández de Kirchner se explayó una vez más sobre esto, en un mensaje que dio en la Casa Rosada durante el acto de lanzamiento del Plan de Abordaje Integral. Dijo allí: 

“Siempre me gusta hablar de rigor, de rigor intelectual, de rigor de conocimiento, de rigor de la información, cuando hablamos y cuando gobernamos porque bueno, ya estamos acostumbrados a escuchar hablar muchas veces sin rigor intelectual, lo que no podemos seguir haciendo en la Argentina es gobernar sin rigor intelectual”. 
 
Lo expresado por la Presidenta es, desde el punto de vista conceptual, impecable. Pero entonces ¿Cómo justificar lo del INDEK? ¿Dónde está “el rigor intelectual” al gobernar cuando se sostiene desde lo alto del poder el aberrante nivel de manipulación conque se elabora el Indice de Precios al Consumidor tan claramente denunciado ante la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas por muchos de los trabajadores del INDEK? 
Al respecto, nótese que Eduardo Curia, economista hoy muy escuchado por el poder, ha indicado claramente que el nivel de expectativa inflacionaria de la Argentina está por arriba del que marcan los dibujados números del INDEK.
La realidad le ha mostrado ya al Gobierno que manipular las cifras del índice de Precios al Consumidor no es un método útil para combatir la inflación.
Es como si, para bajar la fiebre de su paciente, el médico decidiera que la solución no es recetarle el medicamento adecuado sino cambiar de termómetro. ¡Pobre paciente!

Nota al pie: Le pido disculpas lector; ya sé que el ejemplo del termómetro y la fiebre es reiterativo; tan reiterativo como la manipulación del INDEK que viene haciendo el Gobierno.

Un gobierno progresista, como dice serlo el actual, debería interesarse de verdad por la inflación ya que su efecto más nocivo es el de aumentar los niveles de pobreza.
Es claro que son los que menos tienen –aquellos por los que dice preocuparse el poder– los que más sufren esta realidad. A ellos poco les interesan estas disquisiciones técnicas que se hacen sobre el índice. A ellos, lo que les sucede es que los golpea cruelmente la realidad cuando van a comprar y ven que sus exiguos salarios les alcanzan para adquirir cada vez menos cosas. 

Los ataques a la prensa continuaron esta semana durante un acto que encabezó la Presidenta y en el acto del ex presidente en funciones Néstor Kirchner ante la Federación Argentina de Municipios.
Fueron motorizados por la agrupación La Cámpora que encabeza el hijo del matrimonio presidencial, Máximo. Como se ve, todo queda en familia.
Así como ya les tocó a los diarios La Nación y  PERFIL y a colegas como Pepe Eliaschev, ahora les toca a Clarín y a TN. ¿Quiénes serán los próximos?
El revuelo que se ha armado alrededor del mentado Observatorio sobre la Discriminación en los Medios que tanto interesa al gobierno, está más que justificado. Huele a censura. Es decir, huele mal.

Producción periodística:
Guido Baistrocch