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Temas importantes

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Y entonces una se sienta y piensa. Cosa que, digámoslo desde ya, no da resultado; no por lo menos inmediatamente. Hay que esperar, como por los informes de la New Horizons para saber qué diablos pasa en Plutón, si es que pasa algo. No, tampoco le voy a hablar de Plutón y eso que es un tema actualísimo y atractivísimo. De eso otro sí quería hablarle, de los temas. Una siempre tiene la esperanza de dar con un  tema no sólo seductor sino importante, básico, presente en el trasfondo de todos los pensamientos, las actitudes y las actividades que emprendemos cada dos por tres. Supongo que hay gente que puede trabajar sobre eso y obtener resultados magníficos. Desgraciadamente no estoy en ese grupo: no me sale eso de encontrar alegre y rápidamente un tema a gusto del mundo en general y de usted y yo en particular.

Claro, hay que mirar alrededor y ver qué pasó con quienes hicieron grandes cosas en el rubro destinado a “temas”. ¿Usted diría que una puerta cerrada es un gran tema? No, ya sé que no. Yo también me inclino a decir ¡qué pavada! Y sin embargo…ah, sin embargo la señora Woolf y los autores ingleses de novelas policiales de intriga (no, de las negras no) lograron meter la puerta cerrada en la historia de la literatura, la crítica, la defensa de los derechos humanos, el entretenimiento, el feminismo y las biografías imaginarias de imaginarios detectives que derrotan a la policía de New York o de Scotland Yard y darles carta de ciudadanía de personajes reales. Sin ir más lejos hay temas que parecen lo que no son. ¿Usted diría que la oposición de papás de ella y papás de él a que haya un romance entre sus críos es un gran tema? Pero no por supuesto que no: eso da como mucho para peliculita en tecnicolor romanticona y cursi. Sólo que, usted se va a acordar, un señor muy inglés y muy genial agarró ese temita insustancial y nos hizo un regalo por los siglos de los siglos amén. Así que cuidado, mire que la semana que viene la llamo y le pregunto ¿y hoy sobre qué escribo, eh?