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Terapia para Carrió

Después de su furia pública en el Congreso, la diputada se reunió con Mauricio Macri en Olivos y se mostró su apoyo.

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Furia. Elisa Carrió, el jueves, tras la media sanción del aborto. | twitter

Media hora se tomó uno de los integrantes de la mesa ultrachica del poder macrista para hacer de terapeuta de Carrió. No fue la primera vez ni será la última. Y tampoco el único que trata de contener dentro de Cambiemos a una dirigente incontrolable y con una profusa historia de detonaciones políticas y personales.

De acuerdo a altas fuentes oficiales, esos 30 minutos valieron la pena. Horas antes, en el Congreso y tras una votación histórica y reñida a favor de legalizar el aborto, Lilita tomó el micrófono de su banca para autoelogiarse por no haber hablado durante el debate (al que no asistió salvo para votar por la negativa), en nombre de mantener la unidad de Cambiemos. Y con el micrófono abierto de su vecino proabortista Lipovetzky, lanzó un temerario “la próxima, rompo”, que luego patéticamente intentó desmentir desde la pantalla amiga de TN.

Habiendo sido el minibloque de la Coalición Cívica el más homogéneo en su postura sobre la interrupción del embarazo (nueve a uno en contra), Carrió se habría sentido traicionada por algunos conspicuos miembros del Gobierno, que impulsaron veladamente el voto a favor de la despenalización, a pesar de que el bloque oficialista fue el mayor aportante de votos del No.

Media jora se tomó un peso pesado del oficialismo para calmar a Lilita

El terapeuta político que habló con ella luego despejó cualquier posibilidad de ruptura. “Está más macrista que yo”, exageró ante sus colaboradores. Y analizó como razonable que Carrió exprese su descontento por la despenalización, con la idea de que no se espante una parte de la sociedad antiaborto legal que puede sentirse desilusionada con el hecho de que Macri habilitara la discusión. Las elecciones por la reelección no están tan lejos y la economía no parece ayudar por ahora.

Se ve que la contención surtió algún efecto. Horas después de su furia pública, envió mensajes por redes sociales de paz y amor y unidad política y está todo bien y gracias Sturzenegger y qué grande Caputo y un genio el Presidente.

Macri la recibió el viernes por la tarde en Olivos, mientras daban sus primeros pasos Dujovne y Caputo formalmente como los nuevos “dueños” del equipo económico y el dólar acariciaba los 29 pesos. Lilita se sacó una amorosa foto con el jefe de Estado, donde ambos se toman una mano, y participó allí mismo en una reunión con Pancho Cabrera, el ya ex ministro de la Producción, sobre impulso a las pymes.

Resulta curioso que se le quiera dar a Carrió un perfil vinculado a la economía. No solo porque no es su fuerte, sino porque históricamente también en esos temas ha ido de un extremo al otro. De Lo Vuolo y Solanas a Prat-Gay y Caputo. Tampoco ayudaron sus dichos sobre cómo el campo no liquida los dólares de las exportaciones o sus clásicas acusaciones gravísimas contra el cortesano Lorenzetti. Para el círculo rojo de las finanzas y las inversiones, Carrió resta. Y ahí por ahora no hay terapia que alcance.