El paro del jueves no sólo volvió a dar protagonismo a caciques sindicales tan eternos como impresentables. También expuso el gatopardismo de casi todos: el de gremialistas críticos y oficialistas, el kirchnerismo, la oposición y muchos medios.
Demonización o embellecimiento, según el posicionamiento de cada uno. No importa que hasta hace un tiempo fuera todo lo contrario. O vuelva a serlo.
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Así se explica que Moyano pase de ser un socio dilecto del oficialismo a nuevo líder del eje del mal. O que Clarín le haya hasta ensangrentado las manos y ahora lo muestre rubio, alto y de ojos celestes (además de que su estrella periodística, que antes lo investigaba, lo llame “Hugo” cada vez que lo entrevista con benevolencia).
Caló (UOM), Martínez (Uocra) y Rodríguez (UPCN) ya no son más los detestados “Gordos” y pasaron a ser dirigentes racionales y constructivos, a los ojos K y de sus comunicadores adictos.
En la mesa de los nuevos sindicalistas combativos aparece también Ricardo Cirielli, jefe de los técnicos aeronáuticos al que debió preocupar el procesamiento de Ricardo Jaime: fue su subsecretario y tiene pedidos de indagatoria por parte de una fiscalía federal, sospechado de dádivas y enriquecimiento ilícito. Y Amadeo Genta, el municipal porteño con el que, al final, Macri tuvo que llegar a algún tipo de acuerdo. En la voltereta cayeron incluso los movimientos de izquierda. Mantuvieron su lógica desquiciada de cortes y piquetes, pero desnudaron la contradicción de acompañar a los que siempre denuestan.
Todo es tan obvio e hipócrita que hasta Barrionuevo aspira ser el referente sindical de Massa. El gastronómico (con escaso aporte de huelguistas) se confunde seguramente por su generoso aporte económico al Frente ¿Renovador? Lo mismo han hecho otros gremios con Massa, como mercantiles, petroleros, Sanidad... El diputado presidenciable agarra pero los esconde, en especial a Barrionuevo, no sea cosa que esté engendrando a su propio Herminio Iglesias que lo deje sin nada.
Mucho antes del furor ecológico, el don del peronismo ya era su reciclado. Asistimos a otra acabada prueba de su mutación. Para hacernos creer que vienen otros. Aunque sean los mismos.
