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ante la tirania de maduro

Tragedia de Venezuela

El sistema interamericano que representa la OEA actúa tibiamente.

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El sistema interamericano que representa la OEA actúa tibiamente. El pueblo venezolano llevará a cabo un levantamiento general que arrasará con el “despotismo no ilustrado” (sic) que humilla con la impunidad a todo nuestro continente. El dolor y las penurias agotan la paciencia. ¿O nadie se acuerda del estallido del Bogotazo (1948)? Ojalá no corra más sangre en un Caracazo y se lleven a cabo los sucesivos pasos hacia el restablecimiento de un Estado democrático y constitucional de derecho, con todos los requisitos del sistema republicano.

No es suficiente con condolerse de las violaciones y rupturas que a diario se consuman por los desbordes del poder. Para poner fin a la situación deben sumarse los siguientes pasos a seguir:

1) la advertencia, ante el quebrantamiento institucional; 2) el retiro de embajadores como acto de protesta; 3) la suspensión de relaciones: una señal de repudio y en solidaridad con la ciudadanía y el Poder Legislativo, que fue elegido y no es respetado; 4)la aplicación de todas las etapas contempladas en la Carta Democrática Interamericana de Lima; declarando –además– la “crisis humanitaria” que sufre la sociedad; 5) la efectiva suspensión del gobierno ejecutivo venezolano en el seno de la OEA; 6) las “acciones colectivas” que se estimen conducentes hasta alcanzar la normalidad institucional de Venezuela, ejerciéndose el derecho de “resistencia a la opresión”.    Si los organismos competentes no actúan en este sentido, es de temer que se produzca una “poblada” generalizada. Los derechos humanos están siendo ninguneados por un intenso atropello cívico-militar con el apoyo de “guardias” armadas y fuerzas policiales orquestadas al efecto, incondicionales del oficialismo; con la Ley Marcial y tribunales militares y juicios sumarios.

La convocatoria de Maduro a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente es una “charada” que apunta a postergar sine die las elecciones locales, provinciales y nacionales, con el fin de eternizarse en el ejercicio del poder siguiendo el sempiterno ejemplo cubano

(sus mentores). La Constituyente contaría con 540 miembros, de los cuales 168 pertenecerían al “ámbito sectorial”, con representantes provenientes de “listas gremiales” de ocho sectores: trabajadores, estudiantes, las comunas, los pensionados, los empresarios, los discapacitados, los campesinos y pescadores (sic). Es un esquema corporativista y clientelar: es ambiguo determinar quién pertenece y quién no a cada sector. Pero la trampa mayor reside en que los 364 diputados “territoriales” se elegirán a razón de uno por municipio, sin tener en cuenta la población, con lo que se busca disminuir el peso electoral de las grandes circunscripciones. Y los comicios serán efectuados bajo el control del Consejo Nacional Electoral, totalmente controlado por el gobierno.

En síntesis: todo va en violación del principio “una persona, un voto”; o sea, de la igualdad ante la ley en los derechos políticos. Ya no se está ante una dictadura: es una tiranía.


*Ex ministro de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina. Actual diputado del Parlamento del Mercosur. Fue presidente del Comité Jurídico Interamericano de la OEA.