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Tres años en cana

Ayer se cumplieron tres años: los obreros petroleros de Las Heras (Catrihuala, Pérez, Bilbao, Cortés, Rosales y González) siguen presos.

Rafaelspregelburd150
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Ayer se cumplieron tres años: los obreros petroleros de Las Heras (Catrihuala, Pérez, Bilbao, Cortés, Rosales y González) siguen presos.
Cuando yo era muy joven, vivía de dar clases de inglés. Recuerdo un material que me impresionaba mucho, un texto seudofilosófico que por su concisión y parquedad me hacía boquear buscando contraejemplos. No era de un libro de lingüística (para trabajar en aquel instituto esas cosas no eran necesarias, y alguna vez hablaré sobre qué cosas sí eran necesarias allí): era un material para aprobar el TOEFL, ese examen para sacar visa de estudiante en EE.UU. La guía para escribir ensayos sostenía algo maravilloso, que aún hoy me persigue en sueños: “Dadas dos ideas en su cabeza, sólo hay cinco formas de relacionar la segunda idea con la primera”. Todo el entramado de razonamientos que llamamos “mundo” se rige por cinco variantes, por cinco tipos de conectores lógicos:

  • (1) de listado o secuencia (la segunda idea va en la misma dirección ideológica de la primera, como cuando usamos “y”, “además”, “asimismo”, “en primer lugar, en segundo lugar”);
  • (2) de contrariedad (la segunda idea va en contra de la primera, como pasa con “pero”, “no obstante”, “sin embargo”, etc.);
  • (3) de causa (la primera idea es causa de la segunda, por ejemplo cuando decimos “entonces”, “por lo tanto”, “así”);
  • (4) de efecto (la primera es efecto de la segunda, es decir: “porque”, “ya que”, “dado que”);
  • (5) de ejemplificación (la segunda es un ejemplo de lo dicho antes, y se reconoce por el “por ejemplo”, “por sólo mencionar un ejemplo”, y otras similares).

Me urgía asolar a mis alumnos con el cuco de que debía haber otras relaciones más improbables entre las ideas. Pero ninguno pretendía escribir literatura, ni conocer el mundo de la manera en que éste late en las palabras, sino sacar su visa para ensamblar autopartes en Idaho, y estas cinco cajitas vacías les venían muy bien: se aprendían los sinónimos difíciles para impresionar a los correctores de exámenes, y listo. Notwithstanding. Nonetheless. For one thing.
Leo los diarios como una forma muy grotesca de literatura (a excepción de la Barcelona, que me informa con verdad) y empiezo a sospechar que los modos (3) y (4), causa y efecto, están en huelga. Sí: el relato de todos los acontecimientos ocurre. Casi todos. Pero esa lectura global no se organiza de otra manera que no sea la de la lista, o la secuencia. Unos obreros reclaman sindicalmente, y un comisario represor es muerto en una pueblada, y seis de ellos van a parar sin pruebas a la cárcel, y las organizaciones de DD.HH. reclaman, y la jueza da la razón, y el gobernador de Santa Cruz desoye estas razones, y los plazos para presentar pruebas se vencen, y nadie las presenta, y siguen en cana, y la justicia es broma, y la paciencia se agota, y la vida se horroriza. Y otros obreros reclaman en Chaco, y el 21 de enero son reprimidos, y 80 de ellos van a la cárcel. Las cosas se parecen, riman, pero como nuestra breve experiencia proto-TOEFL las piensa como “y”, como mera sucesión, ¡como destino!, nos cuesta imaginar que los asuntos se liguen en un plano más profundo mediante los “porque”, los “entonces”, y los “por ejemplo”, es decir, como ejemplos, causas y efectos. Como historia. Los bancos, petroleras y patronales se unen no sólo para hacer pagar a sus obreros por sus propios malos negocios, sino sobre todo para que las luchas aparezcan aisladas, como casos personales, ahistóricos, vinculados por un monosilábico “y”, bien lejos de los “porque” y de los “a causa de”, que harían muy evidente la estafa.

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