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Tributo al ‘Herald’

A tan sólo un mes de la desaparición del Buenos Aires Herald, PERFIL lanza hoy el que aspira a ser su continuador: Buenos Aires Times.

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Nuevo diario en inglés, los sábados en PERFIL. | Cedoc Perfil

Había un chiste en la redacción: el destino de todo director del diario Buenos Aires Herald al jubilarse era pasar a escribir en Editorial Perfil. Así había sucedido con James Nielson, haciendo el Panorama Político de la revista Noticias desde su fundación; con Andrew Graham-Yooll, un lustro ombudsman del diario PERFIL; y con el mítico Robert Cox, durante décadas columnista esporádico de Noticias y de este diario, además de profesor del posgrado de periodismo de investigación de Editorial Perfil.
 
Es que nos unía una ideología rara para la Argentina: liberales de izquierda, pero absolutamente normal –y en la mayoría de las veces mayoritaria– en Estados Unidos con el Partido Demócrata y en Inglaterra con el Partido Laborista. Posición algunas veces traducida a las categorías políticas argentinas como “de derecha en economía, de centro en lo político y de izquierda en lo cultural”, aunque en Estados Unidos e Inglaterra también sería considerada de “izquierda” en lo económico.

Szpolski lo compró para vender su edificio y luego hacer un pase de manos hasta su cierre

Pero aun más que nuestra posición política, económica y social, nos unía a ese Buenos Aires Herald una idea del periodismo también normal en Estados Unidos, pero que en la Argentina, con nuestras “democracias delegativas”, resultaba casi anarquista. Probablemente también cierta dosis de desapego a las convenciones por momentos excéntrico: James Nielson vive hace décadas casi sin contacto con la vida urbana en los bosques de Pinamar; y a veces hasta temerarias: Robert Cox arriesgó como nadie su vida durante la dictadura.

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Y fue la dictadura lo que unió nuestras vidas para siempre. El Buenos Aires Herald fue el primer medio, y durante mucho tiempo el único, que informaba sobre la detención ilegal de personas que se transformaban en desaparecidas. Por desoír las prohibiciones de hacerlo, el propio Robert Cox estuvo secuestrado en 1977, y el gobierno del presidente Jimmy Carter logró que lo liberaran. En 1979 me tocó a mí ser detenido ilegalmente por orden del mismo que detuvo a Cox: el  jefe del Primer Cuerpo de Ejército, el brutal general Guillermo Suárez Mason, apodado “el Carnicero del Olimpo”, por el campo de detención y exterminio (murieron 700 de los 750 allí detenidos). Y Robert Cox salvó mi vida porque publicó mi desaparición inmediatamente en el Buenos Aires Herald, haciendo que las agencias de noticias norteamericanas Associated Press y United Press reprodujeran en sus cables en inglés la noticia que pudo ser publicada en muchos diarios de Estados Unidos, lo que generó el mismo efecto de presión internacional que ya había salvado al propio Cox dos años antes.

Pocos meses después, en 1979, Robert Cox tuvo que exilarse y se fue a conducir el diario Daily News and Courier, de Charleston, Carolina del Sur. Al mismo tiempo había recibido el Premio Maria Moors Cabot de Columbia University. Veinte años después, en 1997, fue el propio Robert Cox quien me anunció, supongo en parte por su iniciativa, que Columbia University había decidido darme el mismo premio.

Y nuevamente Robert Cox salió a defenderme cuando durante el kirchnerismo, desde los medios pagados por ese gobierno, se difundía que nunca había estado detenido, sino que, por el contrario, había apoyado a la dictadura. No puede ser más paradójico que el principal acumulador de medios militantes K, Sergio Szpolski, fuera el mismo destructor serial de la mayoría de esos medios, entre ellos el propio Buenos Aires Herald, al que vació vendiendo su edificio, además de las revistas Veintitrés, el diario Tiempo Argentino y radio América.

El Buenos Aires Herald fue vendido por Szpolski y su último propietario fue el Grupo Indalo, de Cristóbal López y Fabián de Sousa, que publicó su última edición semanal (salía los viernes) el pasado 31 de julio. El Buenos Aires Herald había sido fundado en 1876 y fue el más longevo junto con los diarios La Prensa (1869) y La Nación (1870).

A tan sólo un mes de la desaparición del Buenos Aires Herald, PERFIL lanza hoy y a partir de esta edición todos los sábados, el que aspira a ser su continuador: Buenos Aires Times, como un homenaje al Herald y a sus valientes directores: Cox, Nielson y Graham-Yooll, quienes volvieron a escribir sus columnas desde este primer número haciendo que la historia no se detenga y se continúe.

Otro condimento romántico de la estrecha relación Herald-Perfil de décadas es que el primer trabajo como periodista de mi hijo Agustino fue en la redacción del Buenos Aires Herald hace diez años, durante los tres meses de vacaciones de su universidad. Al año siguiente también trabajó los tres meses de sus vacaciones en el diario La Nación, pero recuerda su época en el Herald con más nostalgia porque al ser un diario muy chico lo dejaban escribir hasta en la tapa.

Robert Cox fue, como en la película La lista de Schindler sobre los nazis un salvador de vidas

Como Agustino desde jardín de infantes fue a colegios norteamericanos (junto con su hermano Alan, que nació en Estados Unidos durante mi exilio al fin de la dictadura), después se graduó en Economía y Filosofía en New York University y en Sociología en Columbia University, y al egresar trabajó cinco años como periodista en la revista Forbes en Nueva York, lo natural es que él quedara a cargo de una publicación en idioma inglés. Por lo que para mí es una doble satisfacción personal darle algo de continuidad a este legendario diario en inglés que tanto contribuyó para el regreso de la democracia en la Argentina.

Más allá de la nostalgia, el Buenos Aires Times que nace hoy en papel proyecta ser en la web el sitio periodístico argentino en idioma  inglés tanto para los expatriados que viven en el país como para la comunidad diplomática y empresarial internacional que desde el exterior precise estar informada sobre la Argentina en una lengua universal; y también se irá traduciendo a ese idioma a los columnista de PERFIL en español.

Un nuevo periódico es siempre una buena noticia.