COLUMNISTAS

Un golpe de literatura

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Como un cigarrillo a un condenado, un premio literario no se le niega a nadie. Lo ganan todos. Que Aira fue finalista en no se qué concurso inglés, que a Piglia le dieron un premio consuelo en vaya uno a saber qué curro español… pocas cosas me son más indiferentes que los premios literarios. Imaginen entonces la importancia que le di cuando me enteré por la página de la editorial brasileña Companhia Das Letras, que la traducción al inglés de Um copo de cólera, del escritor brasileño Raduan Nassar, había sido seleccionado como finalista del Man Brooker International Prize (traducido al inglés como A cup of rage, por Penguin, grupo editorial que también es propietario de Companhia Das Letras… qué lindo que todo quede en familia). No obstante, al recordar el nombre de Nassar recordé también un muy agradable almuerzo, hace cuatro o cinco años, en San Pablo, con mis amigos Paulo W. y Samuel T. en el que ellos –ambos editores, entre otras cosas– me recomendaron la lectura de Nassar. No disfrutando de la holgada situación económica de mis amigos, partí, no rumbo a las grandes librerías de la Avenida Paulista, sino al Sebo do Messias, en los alrededores de la Praça da Sé, donde se encuentran las mejores librerías de viejo de la ciudad, verdadero templo de peregrinación en mis estadas paulistas. Allí me hice del mencionado Um copo de cólera (en una edición de Editora Brasiliense, de 1987, aunque la edición original del libro es de 1978), y también de Lavoura arcaica, en una –como no podía ser de otra manera– hermosa edición de Companhia das Letras (su primer libro, publicado en otra casa editora en 1975). Nassar, nacido en San Pablo en 1935, además de esas dos novelas, escribió un libro de cuentos, que aún no leí (Menina a camino, de 1994). Eso es todo. Poco, pero extraordinario.
Novela breve acerca de la violencia de las palabras y de la violencia de las parejas, Um copo de cólera puede leerse también como un paso de baile entre ambos personajes, que incluye a las diferentes variaciones de la vida cotidiana: el sexo, el baño, etc. La crítica ha querido encontrar influencias del nouveau roman, en especial de Robbe Grillet, dato que no es del todo falso, aunque hay también en Nassar un toque expresionista, que el nouveau roman cuestionaría en el acto. El estar escrita sin puntos, articulando el monólogo interior con los dichos de los personajes, la acerca también a cierta literatura experimental alemana de los años 70. O no lo acerca a nada: Nassar se basta a sí mismo, más allá de cualquier influencia.
El año pasado la editorial mexicana Sexto Piso publicó Un vaso de cólera, en traducción de Juan Pablo Villalobos, y anuncia el próximo lanzamiento de los otros dos libros de Nassar (de Labor arcaica existía ya una traducción en la editorial española Punto de Lectura). Hasta donde sé, la edición de Sexto Piso no se consigue en Buenos Aires, o se consigue apenas. Decisión garrafal e imperdonable la del kirchnerismo, de censurar de hecho a los libros importados. Por suerte, ahora, en la avalancha de paraguas, calzoncillos, autos, locomotoras y sacacorchos importados que van a inundarnos, junto a créditos del FMI y el Banco Mundial que seguro nos permitirá alcanzar la tan anhelada “pobreza cero”, se conseguirá, como tuvo que haber sido siempre, buenos libros importados, como los de Sexto Piso.