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clones

Un poco culpable

Aldous Huxley decía, creo que en un ensayo llamado Ciencia y literatura, que hay que leer de todo: no sólo lo que llamamos literatura (novela, cuento, poesía, ensayo, teatro) sino todo lo que nos cae a las manos en forma de letras una detrás de la otra formando oraciones y párrafos. Todo. Adhiero. Y adhiero con entusiasmo. Creo que la ciencia trae un montón de ideas que muchas veces nos dejan estupefactas.

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Aldous Huxley decía, creo que en un ensayo llamado Ciencia y literatura, que hay que leer de todo: no sólo lo que llamamos literatura (novela, cuento, poesía, ensayo, teatro) sino todo lo que nos cae a las manos en forma de letras una detrás de la otra formando oraciones y párrafos. Todo. Adhiero. Y adhiero con entusiasmo. Creo que la ciencia trae un montón de ideas que muchas veces nos dejan estupefactas. Claro, una, que no tiene formación científica, no entiende un pomo de astrofísica o de biología o de lo que fuere. Pero hay muchos buenos textos de divulgación a los que se puede acceder sin sufrir ataques de ignorancia y desencanto. Una va a esos textos después de leer alguna noticia especial en un diario, en una revista. ¡Cómo! ¿Clonar a un hombre de Neanderthal? ¡Qué! ¿Resucitar a Aristóteles y mostrarle la tecnología siglo veintiuno? No me dirá usté que no son fuente de ideas y fantasías de primer orden. ¿Qué haría el pobrecito de Neanderthal si se viera frente a un automóvil? Probablemente nada porque si lo clonamos (cruz diablo, vade retro) llegará a nuestro tiempo virgen de todo conocimiento. Sí, bueno, pero ¿y después? ¿Qué hacemos con él? ¿Lo mandamos a un colegio y a la secundaria para que llegue a ser un buen empleado de banco? ¿Y quién lo va a contratar con esa carucha feroz? Claro que parece que el tipo tenía un cerebro más grande que el del homo sapiens y que era, tal vez por eso mismo, mucho menos agresivo que él; pero por favor que no se entere de que fue precisamente el sapiens sapiens (nosotros, más agresivos) el causante de su desaparición de la superficie de este mundo. Ya sé, ya sé, no me lo diga: no es más que una hipótesis, pero encaja perfectamente en la solución al misterio de esa rama humana (ya humana) desaparecida hace doscientos mil años de lo que eran entonces los bosques que se extendían por Europa y Africa, todavía pegadas una a la otra, por razones que ignoramos. Me siento un poco culpable, de veras. Y si quiere que le diga la verdad, lo de Aristóteles es peor: hay un estudio más que interesante de una académica española, que plantea la cuestión. Se lo dejo para mañana o pasado. Hasta entonces.