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Las semanas de Peicovich (6)

Una apuesta a la Justicia digital

Dado que en la realidad ésta flaquea, algunos confían en Abogados con pelotas, una red social, pública y gratuita para avanzar ante la impotencia legal de millones de personas. Columna especial para Perfil.com.

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De caer estos días por aquí Ricardo III no saldría a matar a todos los abogados como lo adoctrinó Shakespeare. Al menos no a los que integran “Abogados con Pelotas”. Este equipo de defensoría pública gratuita inició su cruzada esta semana y subió insólito bufete a las alturas democráticas de Internet. Se despojó de identidad y diploma y tomó de apelativo las palabras con que millones de víctimas descargan su impotencia legal.

Abogados con Pelotas. Así de expresivo y terminante. La realidad es de ponerse más práctica cuando la historia se pasa de subnormal y toma para los tomates. Cuando un exabrupto echa raíces o lo aberrante se aclimata, ahí va ella y los sacude con mortífero anticuerpo. Le pasó a las Tullerías, al Palacio de Invierno, al Kremlin, le está pasando al Pentágono, a Wall Street (y en grado menor aquí, a funcionarios que van de visita al campo). Durante Bush se sucedían las sátiras de Michael Moore y lo tomaban a la chacota. Apuntillaba Paul Krugman y otros, y sus avisos se perdían en el Hudson. Los Botas Punta Mata Cucaracha se hacían los osos viendo flotar burbujas por el cielo áureo de Manhattan.

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Hasta que una mañana, al unísono, noticieros del país reventaron de crujidos, ayes y destrozos parecidos a los de “La caída de la casa Usher” de Edgar Allan Poe. “Un imperio por el suelo” pudo bien titularse este mayúsculo revival que la televisión les comenzó a ofrecer en intragables capítulos que tienen para un rato. ¿Por facturas que los dioses le pasan a los pueblos? No parece. ¿A causa de un mega vibrato en la placa tectónica de California? Menos ¿Por desidia de habitantes que dejaron a sus pícaros hacer y deshacer? Tal vez. Es un combo. Un mix de tormentas que se derrumban sobre pueblos (o personas, según) no bien se abandonan a la pavada “y no atienden su juego”.

Estados Unidos está ahora en algo así como un 2001 argentino, “pero a lo bestia”, dada su dimensión. En tanto que nosotros, amnésicos e ingenuos de la Ultima Tierra del Fuego del Mundo, seguimos en Babia diezmados por el Maxitahur y sus mini periféricos. Su codiciosa mano entra y sale de nuestra cartera como quiere. Ante Mega Despelote que nos acecha “porque está en la naturaleza” local sobrevivir acechados por nosotros mismos, toda reacción es de saludar.

Según datos de Semana, Abogados con Pelotas se proponen recoger, enumerar y enviar a donde sea, el pormenorizado clamor de los ciudadanos por los conflictos públicos que soportan. El portal recibirá por mail estas denuncias que clasificará y encauzará en juicios concretos de los que dará renovada información. “Visto y considerando (arranca el texto) que 40 millones malviven en casi total orfandad judicial, fúndase Red Social Virtual Abogado con Pelotas para registro, denuncia, y seguimiento de los más gruesos a más finos actos de injusticia que se sufren en el país. Pícaros de cualquier ralea, abstenerse. Ricardo III sigue en Buenos Aires y de advertir que estos individuos trampean y también merecen el anatema de Shakespeare, seguro hace una limpieza en la que caerán hasta floristas y mimos, que, como sabemos, si eligieron tan plácidos oficios es porque son unas personas de lo más buenas.

(*) Especial para Perfil.com.