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Una idea que atrasa

La economía argentina viene atravesando el período de mayor crecimiento de las últimas décadas. La industria lleva más de 72 meses seguidos de expansión, con una tasa promedio en los últimos cinco años del 10,1%. Esto último se puede observar transversalmente hacia toda la economía ya que es una mejora generalizada.

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La economía argentina viene atravesando el período de mayor crecimiento de las últimas décadas. La industria lleva más de 72 meses seguidos de expansión, con una tasa promedio en los últimos cinco años del 10,1%. Esto último se puede observar transversalmente hacia toda la economía ya que es una mejora generalizada.
El campo, por su parte, está al borde de las 100 millones de toneladas de cosecha, casi triplicando la producción de los años 90 y sosteniendo un ritmo de expansión en sus exportaciones del 15,7%. Las retenciones agropecuarias explican el 7,2% del total de la recaudación y un 70 % de las mismas las aporta el complejo oleaginoso. Por su parte, las exportaciones de MOI crecieron al 26% en 2007.
La economía argentina está cada día más interrelacionada: cae la demanda de vehículos cuando aumentan las retenciones a los productos primarios (40% de la producción son utilitarios); cae la venta de acero a nivel local por la desaceleración de la venta de maquinaria e implementos agrícolas (70% de la industria de bienes de capital). La recuperación de los ingresos familiares (a partir del empleo y los ingresos en la industria) mueve la alimentaria y con ella, la del plástico y aluminio, químicos y agroquímicos.
Detrás de cada de cada tonelada de granos se mueven “paquetes tecnológicos” que incluyen bienes y servicios diversos, tales como petroquímica, informática, investigación y desarrollo, etc. Cada día es más difícil encontrar sectores que estén fuera de este circuito de interrelación directa o indirecta.
El campo no subsidia a la industria, ambas crecen interrelacionadas a partir de factores distintivos. En todo caso, ambos contribuyen (la industria en menor medida) a financiar a los sectores medios urbanos, el congelamiento de las tarifas residenciales de gas y electricidad y de transporte, entre otras (los subsidios a este fin trepan a casi $ 20.000 millones). Mirar la economía como una dicotomía  “campo–industria”, es un pensamiento que atrasa, al menos tres décadas.

*Director de Abeceb.com. Ex secretario
de Industria, Comercio y Minería.