COLUMNISTAS

Unión Europea: Viraje en las relaciones bilaterales

La Casa Rosada recibe al Presidente de Francia, François Hollande.
| Instagram

Varias son las maniobras para llevar un navío en el mar. La virada es una de las más importantes. Permite cambiar de bordada o de rumbo. Una se realiza por avante forzando al navío para que aproe al viento haciéndolo caer luego sobre la otra amura. La virada por redondo, en cambio, consiste en arribar hasta tener el viento en popa y orzar sobre el costado opuesto.

Orzar en navegación implica hacer girar el buque llevando su proa desde sotavento a barlovento. En pocas palabras: acercar el rumbo al viento.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

La presencia de la Delegación del Parlamento Europeo en nuestro país no es una simple visita protocolar.

El pasado 29 y 30 de marzo, Mauricio Macri reinscribió un nuevo destino para la agenda de cooperación tanto bilateral como regional. Un cuarto de siglo transcurrió desde el inicio de nuestras relaciones con la Unión Europea (UE).

La República Argentina ha sido la primera en el ámbito del Mercosur en formalizar sus relaciones con la UE a través del Acuerdo Marco de Cooperación Comercial y Económica que entró en vigor en 1991. Desde esa fecha los ejes han sido: el respeto por la democracia y los derechos humanos, el refuerzo de la integración regional y la concesión del trato de nación más favorecida entre las partes. Sustanciales resultan las líneas de cooperación comercial para desarrollar y diversificar los intercambios económicos, la cooperación científica y técnica,  la energía, la protección del medio ambiente y recursos naturales así como la integración regional y la normalización industrial. 

El segundo acuerdo que entró en vigor fue el celebrado con Paraguay (1992) siguiéndole Uruguay (1994) y Brasil (1995).

Lo interesante no sólo está dado en el nuevo vínculo bilateral con Argentina sino además en el impulso y reactivación regional en lo que respecta a la relación UE – Mercosur asumiendo así un claro liderazgo en el seno del bloque.

Elmar Brok, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo quien encabezó la delegación compuesta por seis diputados del viejo continente manifestó: “En vista de los desafíos globales comunes que enfrentamos, es necesaria una estrecha cooperación entre la UE y Argentina, así como otros socios latinoamericanos. Por lo tanto, nos alegramos de que Argentina se haya comprometido a volver al diálogo con Europa y el mundo. Estamos particularmente complacidos por el apoyo del nuevo gobierno a las negociaciones para un Acuerdo de Asociación entre la UE y Mercosur, que esperamos concluir lo más rápidamente posible.” 

El Acuerdo fue firmado el 15 de diciembre de 1995 y entró en vigor en 1999. El objetivo máximo es alcanzar la liberalización del comercio en mercancías y servicios, siguiendo las normas de la OMC, así como el fomento de la cooperación y el impulso del diálogo político.

Para que el Parlamento Europeo ratifique el acuerdo se invitó formalmente a sus contrapartes: Cámara Argentina de Diputados y el Senado a trabajar conjuntamente a los fines de arribar a un acuerdo equilibrado. 

Lejos de estar acotado al aspecto económico y comercial, se aspira incluir normas laborales, sociales, ambientales y de derechos humanos además de asuntos geopolíticos.

Sin duda la visita de Matteo Renzi y François Hollande dejaron una balanza más que positiva. Además del arreglo con los bonistas italianos que nos aparejaba un escollo para nuestras relaciones bilaterales, el pasaje del Presidente de la República Francesa arrojó 20 convenios firmados con Argentina entre el 24 y 25 de febrero que van desde cooperación científica, tecnológica, cultural, educativa, deportiva hasta acciones en el ámbito de la defensa, protección de los derechos humanos, lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, paz y seguridad internacional, relaciones económicas y comerciales, turismo y la aplicación del Acuerdo de París contra el cambio climático-, entre otros.

La propuesta contundente para relanzar el partenariado de la UE con Argentina es crucial considerando que hoy la Unión es el primer socio comercial del Mercosur representando el 19,8% de su comercio exterior por un valor de 109.895 millones de euros en 2013. Los beneficios reales estarían dados por los efectos dinámicos que tendría sobre los países que integran el bloque generando consecuencias positivas para la competitividad.

No han sido demasiados los meses transcurridos desde el cambio de gobierno pero, lo cierto es que las acciones son claras en la búsqueda por reducir la inflación, el déficit fiscal y, sobre todo, la incertidumbre jurídica ocasionada por 12 años de gestión dando las espaldas a un escenario global que posibilita entre otras cuestiones, la atracción de inversiones de fondos extranjeros. 

Una mirada especial hacia el Banco de Inversión Europeo podría potenciar el crecimiento en sectores claves como las energías renovables. 

La confianza mutua tiene como antesala la FE, la bona fide. Esa buena fe implica ausencia de fraude. Esto que pareciera tan básico es, al mismo tiempo, esencial y crucial si queremos gestar un nuevo país sobre la base del respeto mutuo donde se vuelva al PACTA SUNT SERVADA: guardar la palabra empeñada. Los acuerdos o pactos entre partes deben cumplirse aún en el concierto de naciones y dar el ejemplo no con meras palabras sino con acciones contundentes que otorguen credibilidad a la Argentina frente al mundo.

 

(*) Analista Política Nacional e Internacional. Magister en Relaciones Internacionales Europa – América Latina (Università di Bologna). Abogada, Politóloga y Socióloga (UBA). | Twitter: @GretelLedo