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Córdoba crujió nuevamente y del peor modo

El polítologo y consultor Mario Riorda analiza la reforma política y electoral de la Provincia.

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"Cuando los oficialismos, especialmente los provinciales, se enquistan, empiezan a “jugar de local” (es decir, ser gobierno) y generan una ventaja electoral cada vez más pronunciada sobre la oposición". | Cedoc Perfil

Cordoba ha visto sucumbir su institucionalidad. Crujió.

Lo que llamamos institucionalidad parte de dos cuestiones fundamentales: Igualdad ante la ley -principio básico que evita cualquier trato discriminatorio o arbitrario- y reglas de juego republicanas como principio democrático de acceso al poder -garantizado por elecciones competitivas donde más de uno tenga chances de ganar.

Cuando los oficialismos, especialmente los provinciales, se enquistan, empiezan a “jugar de local” (es decir, ser gobierno) y generan una ventaja electoral cada vez más pronunciada sobre la oposición. Es lo que se conoce como efecto “cancha inclinada”, que bien se aplica en Argentina, tal como lo ha demostrado Cippec, en la historia electoral reciente en nuestro país.

Pero sucede que hay veces que ese efecto se profundiza y se transforma en efecto “dueño de la pelota”. Sucede, en específico, cuando los oficialismos imponen -sin consenso y con mayoría simple- cambios en las reglas de juego. Así, quitan toda previsibilidad al proceso electoral, lo opacan en vez de transparentarlo y van a contramano de las tendencias nacionales e internacionales en materia de reforma política.

Es lo que está pasando hoy en Córdoba y por eso insisto en que la institucionalidad ha crujido. Veamos ejemplos.

Ejemplo 1. Le quita previsibilidad a la fecha electoral. Desde ahora la convocatoria electoral se realizará de modo especulativo para jugar con la hipótesis de juntar o separar el calendario electoral al apostar con otras fechas -preferentemente las locales- como la de la Ciudad de Córdoba, por caso. Quitar la fecha fija de un calendario electoral es pura discrecionalidad.

Ejemplo 2. Aumenta el financiamiento privado de las campañas. El mundo va para un lado (lo público y las regulaciones electorales son cada día más restrictivas) y Córdoba, la “Docta”, involuciona en el tiempo hacia más “opacidad”. Más financiamiento privado implica más compromiso y condicionamiento de políticas públicas que se realizan a imagen y semejanza de los aportantes. Así, se profundiza el hoyo negro del financiamiento de la política.

Ejemplo 3. Parte de un supuesto respecto a que el estado debe favorecer las condiciones de equidad en el financiamiento de los partidos. El reparto de fondos de distribución igualitaria baja solo al 30%, y el 70% se repartirá de modo proporcional a la cantidad de votos pasados. De esta manera, se castiga a la obtenidos pero, en especial, a los partidos minoritarios. La democracia pasa a ser una oportunidad donde las corporaciones partidarias más grandes tienen más chances para competir y ganar.

Ejemplo 4. Promueven las dobles candidaturas (a gobernador y legislador simultáneamente). En aras de la verdad, debieran ser llamadas candidaturas testimoniales. El objetivo es que el oficialismo promueva (“pare en la cancha”) candidaturas que supuestamente saquen votos a determinados actores de la oposición. Esto, en la ciencia política, se denominan candidatos spoilers a aquellos que, de manera asimétrica, le restan votos a una única fuerza. Se presume que el oficialismo apalancará candidaturas para espoilear a fuerzas opositoras con chances. En este punto será muy importante evaluar quiénes financian esas candidaturas en el futuro. 

Institucionalmente es una situación delicada, fea. Una decisión que opaca la historia institucional de Córdoba. Además, la falacia de los argumentos usados para justificar esta reforma roza lo absurdo y es lo más cercano a una afrenta para la salud republicana. La comunidad académica no puede sino estremecerse ante esta involución en una provincia que fue pionera en innovaciones políticas, cuna de grandes nombres del derecho.

En 2008, cuando el gobernador Juan Schiaretti “ganó por poquito” y se generó una fuerte polémica por los resultados, un grupo de representantes del derecho y la ciencia política de universidades cordobesas fuimos invitados a ser miembros de la Comisión Consultiva de Expertos para la Reforma Política. Trabajamos mucho. Produjimos un documento llamado “Así no va más”. Fue ampliamente consensuado y representaba una guía deseable y fundamentada de acuerdos “a la cordobesa” entre las fuerzas políticas. Lo hicimos con dedicación y equilibrio. El mismo equilibrio que el gobernador se encargó de romper en estos días. Lo paradójico es que cuando creíamos que no más, fue otra vez y del peor modo.

Mario Riorda

Politólogo Fue miembro de la CCE para la Reforma Política en Córdoba