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El factor económico en las elecciones

Economía y política hasta las Paso

Banco Central
Banco Central de la República Argentina. | Cedoc Perfil

La división entre temas económicos, políticos y sociales tiene sentido solamente a los fines de delimitar campos de estudio y permitir así el foco en ciertos fenómenos. Pero la realidad es sistémica. Su análisis requiere integrar aquellas dimensiones y contemplar vinculaciones recíprocas. Esto, inespecífico de un momento o lugar determinado, es especialmente importante para reflexionar sobre la coyuntura nacional, atravesada tal vez más que en otras oportunidades por una fuerte influencia recíproca entre economía y política.

De economía hacia política todo indica que la estabilidad del dólar desde fines de abril está impactando favorablemente sobre imagen e intención de voto del oficialismo. Posible luego de dejar atrás una política de libre flotación entre amplias bandas cambiarias, que puede funcionar en economías relativamente estables, pero está destinada al fracaso en una economía bimonetaria, para pasar a una política de dólar administrado, con chances de extender la estabilidad hasta las Paso.

Cuando el Banco Central está impedido de intervenir en el mercado cambiario por una política de flotación, las presiones cambiarias pueden generar ciclos de espiralización del tipo de cambio, como ocurrió el año pasado con subas que inducen más compra de dólares que genera nuevas subas, realimentando el proceso. Esto genera inestabilidad, acelera la inflación y obliga a subas de tasas de interés como respuesta de política monetaria.

Por el contrario, cuando el Banco Central puede intervenir discrecionalmente en el mercado cambiario tiene suficientes reservas y las utiliza adecuadamente para disciplinar al mercado, la cotización del dólar puede estabilizarse, aún en medio de un periodo de incertidumbre electoral, reduciendo las presiones inflacionarias y permitiendo menores tasas de interés. En el fondo, lo que ocurrió es más bien una secuencia política – economía – política, ya que la modificación del régimen cambiario fue consecuencia de la decisión política de forzar al FMI a aceptar un régimen cambiario en las antípodas de sus convicciones y recomendaciones.

En sentido inverso, de política hacia economía, el corrimiento hacia el centro por parte de Cristina Fernández mejora las expectativas al reducir la probabilidad del escenario de radicalización al estilo bolivariano (excepto en el terreno de la Justicia). Lo mismo ocurre, tal vez con mayor potencia, con la decisión de Mauricio Macri de buscar mayor volumen político hacia afuera y mayor densidad política hacia adentro, mejorando así las chances electorales y el panorama de gobernabilidad en caso de triunfo.

Las futuras reformas previsional, laboral e impositiva ganan viabilidad con los ‘fueros’ que otorga el peronismo y con la mayor predisposición a la ‘rosca política’ (Monzó dixit) que comienza a mostrar el Gobierno. Lo sistémico genera en este punto un fenómeno imposible en la física: consecuencias anteriores a las causas. La mayor gobernabilidad futura impacta positivamente sobre la economía actual a través del canal de las expectativas, favoreciendo las chances electorales del gobierno. Otro fenómeno de política – economía – política y, en este caso, futuro – presente - futuro. Uniendo los puntos es posible esperar, entonces, estabilidad cambiaria, inflación aproximándose al 2% mensual, siguiendo la dinámica posterior a las devaluaciones anteriores, tasas de interés en leve descenso, cierta calma financiera.

De todos modos, es probable que el eventual impacto de la economía sobre la política ocurra menos por mejora perceptible de la situación económica inmediata individual que por expectativas de mejora futura. Indicador clave: los acuerdos salariales que han ido cerrándose postergan la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores, en cualquier escenario razonable de inflación, hasta después de las Paso. Éstas, a su vez, actuarán como bifurcador de escenarios. Dependiendo del resultado podría extenderse la situación actual hasta la primera vuelta o producirse nuevamente un escenario de incertidumbre y deterioro económico. En ambos escenarios, continuará fuerte la vinculación recíproca entre economía y política.

 

Gastón Utrera es presidente de Economic Trends SA