Empujado por la crisis económica, el electorado busca previsibilidad

La foto del primer mes del año electoral muestra en Córdoba puntos de partida diferentes para las principales fuerzas políticas que disputarán la gobernación el próximo 12 de mayo. Por un lado, el actual gobernador Juan Schiaretti, pese a no haber oficializado aún su intención de ir por la reelección, aparece activo y con un panorama despejado hacia adentro y también hacia afuera de Unión por Córdoba (UpC). Las encuestas lo ubican con buenos niveles de imagen y gestión y con una imagen negativa de apenas el 10 por ciento.

En la vereda del frente, la coalición de Cambiemos está sumida en una interna entre Ramón Mestre, Mario Negri y Héctor Baldasi, que difícilmente pueda resolverse por consenso y que muy probablemente desembocará en una interna que demandará un desgaste importante para recién salir a competir con candidatos firmes, en el mes de marzo. La mayoría de las demás fuerzas políticas provinciales tampoco pusieron aún a sus competidores en carrera.

En ese marco de indefiniciones, los principales analistas políticos locales adelantan algunas de las claves que tendrán las elecciones que se avecinan.

La influencia de la economía. El Gobierno nacional cerró 2018 con indicadores económicos muy complejos, pese a la relativa estabilidad de algunas variables, como el dólar sobre el cierre del año. Sin embargo, la devaluación de la moneda, la alta inflación y la caída del empleo y la actividad económica, generan un marco de incertidumbre que influye en el electorado a la hora de votar.

“La gente viene reconfigurando su visión de las gestiones de gobierno y de su voto. En muchos casos, las necesidades y demandas de una porción del electorado están en el plano de la urgencia y la inmediatez por la crisis social y económica y en esas situaciones muchos buscan tranquilidad, continuidad, previsibilidad y contención”, asegura Luis Dall`Aglio de la consultora Delfos para graficar lo que puede ser visto como un factor importante en la campaña. El consultor asegura que llegaremos a la elección en “una coyuntura donde el Gobierno nacional ha creado incertidumbre desde el plano político y económico, fundamentalmente en sectores sociales medios y bajos, que tienden a aferrarse a lo conocido y previsible”.

En el mismo sentido, el analista Gustavo Córdoba de Gustavo Córdoba & Asociados, considera que, en general, el electorado cordobés es conservador y suele optar por cambios de signos políticos ante situaciones de conflictos, pero ante contextos de crisis no busca arriesgarse a realizar cambios. Sin embargo, asegura que Cambiemos es una fuerza muy competitiva y que habrá que aguardar hasta que tenga sus candidatos definidos y la campaña lanzada para ver cómo reaccionan los votantes.

Roberto Schreiner, de la consultora Ideco, asegura que el voto tiene un componente de valoración de la situación personal y familiar que está siempre presente pero considera que no será un factor determinante por sí solo. “En la actualidad, la gente tiene claro qué tipo de demandas realizar en cada elección y los problemas macroeconómicos están más ligados a la elección nacional”, indicó.

La campaña que se viene. La disputa por la gobernación recién comenzará en marzo y todo parece indicar que, a priori, habrá algunos ejes de sentido común: el oficialismo de UpC intentando mostrar gestión, con mucha obra pública para inaugurar durante estos meses, intentando hacer una campaña tranquila y sin agresiones.  

Contrastando los resultados de la gestión provincial con la nacional. Desde Cambiemos, el eje se enfocará en romper con tantos años de gobierno del mismo signo político, apuntará hacia la supuesta corrupción en la gestión, la deuda provincial y las deficiencias de gestión de la administración justicialista.

Para Córdoba, “la campaña va a ser corta y fuerte. Cambiemos necesita que sea explosiva, con muchos golpes de alto impacto, pese a que tendrá que lidiar con los meses económicamente complicados, entre marzo y mayo”. El consultor consideró además que para Cambiemos es muy importante volver a seducir a las clases medias y altas: “La clave estará en la movilización electoral. Cada punto por encima del 80 por ciento de participación en la votación es un punto más para esa alianza, como quedó demostrado en las elecciones de 2015”.

Schreiner, en tanto, considera que Schiaretti por ahora compite contra él mismo y tiene una buena intención de voto, pero eso se va a achicar cuando se lancen el resto de los candidatos. El titular de Ideco augura una campaña relativamente tranquila con ejes en las mayores preocupaciones del electorado vinculadas a inseguridad, salud, educación, trabajo y viviendas.

Macri cae en Córdoba. El dato nacional en el que coinciden la mayoría de los sondeos y que tendrá consecuencias directas en las elecciones provinciales y municipales tiene que ver con la caída de la imagen del presidente Mauricio Macri en la provincia de Córdoba.

Los últimos sondeos ubican al Presidente con una imagen positiva cercana al 30 por ciento y con niveles de reprobación de su gestión en torno al 60 por ciento. Esto lo sigue ubicando como un buen elector en la provincia, pero lejos de los niveles que obtuvo en 2015 y que marcaron una diferencia electoral que, en definitiva, le permitió ganar la elección.