En el ámbito de la Unicameral, la coalición Cambiemos también baraja modificaciones para terminar el 2017 e iniciar el año próximo con un lavado de cara. Principalmente, en el radicalismo, donde el retorno de Javier Bee Sellares al bloque intensificó el juego de tronos por la presidencia de la bancada frente a Orlando Arduh, actual líder de la UCR en el recinto.
Actualmente, la coalición se mueve como un interbloque donde tanto el PRO, como el radicalismo y el Frente Cívico tienen sus propias jefaturas. Darío Capitani, por el macrismo; Daniel Juez, por el juecismo; y Arduh, al frente del centenario partido. Esto, les permite además ocupar los cargos que da la Cámara detrás del oficialismo, donde en este momento la radical Elisa Caffaratti es la vicepresidenta primera detrás del peronista Daniel Passerini; y Juan Pablo Quinteros, ejerce la vicepresidencia segunda.
En las últimas horas, y para aliviar la tensión entre Arduh y Bee Sellares, hay quienes afirmaron que un acuerdo salomónico sería dejar a uno como autoridad de cámara en lugar de Caffaratti, y al otro darle el manejo de la bancada. Alternativa que no termina de convencer a ninguno de los dos y menos a la legisladora, que responde al núcleo Marea Radical de Oscar Aguad y Rodrigo de Loredo. Al respecto del actual director de Arsat, el retorno del dirigente al recinto podría darse en 2018 y esto agitaría aún más el clima parlamentario del radicalismo.
La otra discusión que se da en la alianza es la de mutar finalmente a un solo bloque de Cambiemos en el recinto pero cederían cargos en la Cámara. Además de extender la polémica radical a los otros dos partidos por el manejo de un bloque que terminaría aglutinando a radicales, macristas y juecistas.
El malestar del mestrismo con Arduh se originó cuando el legislador fue colocado al frente de la campaña de Héctor Baldassi este año que desembocó con el resonante triunfo de la coalición y la foto del legislador con Mauricio Macri en Capital Federal. Del otro lado, cerca del intendente, muestran cierto recelo con las visitas del legislador a Casa Rosada y desconfían que exista una bendición directa desde Buenos Aires para mantenerlo al frente del bloque. Al igual que con el peronismo parlamentario, las cartas terminarán por echarse esta semana y se definirá quién queda al frente de la bancada.
