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Expectativas devaluadas

El Mundial de Rusia 2018 no enamora ni genera demasiadas expectativas. ¿Por qué?

Sampaoli y Messi
¿Tiene la pelota? Sampaoli dijo que Argentina “es el equipo de Messi”. | CEDOC PERFIL

El Mundial está verde. Igual que el dólar, aunque el humor de la gente todavía no esté tan pendiente de él. Es cierto que la selección argentina no cotiza muy alto en las pizarras de las apuestas en Rusia 2018, y esa realidad aumenta el clima de indiferencia. O de pesimismo, aunque para esto último ya tenemos bastante con lo que pasa afuera de la cancha.

Hace rato que nuestro fútbol está en crisis, que los números no le dan. Antes y después del 38 al 38 del fallido duelo Segura-Tinelli, la antesala del desembarco de “Chiqui” Tapia (al gobierno) y del tándem Moyano- Angelici (al poder). Así y todo, más temprano que tarde las figuras de Messi y de Sampaoli ganarán espacio en los medios, para alivio de Caputo y Dujovne, cuando el megashow de la Fifa sea inminente. O inevitable.

A la espera de que el “nuevo FMI” mande su lista, “la “nueva AFA” ya difundió un dossier con 31 nombres: un crack, algunos ilustres conocidos, un par de guiños al lobby periodístico y un montón de incógnitas. En el bunker de Ezeiza también parece haber bastante desconcierto. Al fin y al cabo, ya lo dijo el “10”: “Un buen Mundial sería estar entre los cuatro mejores”. ¿Pronóstico o meta?

En casi un año de gestión, Sampaoli – “el mejor DT del mundo” (Tapia dixit)- sólo aportó más incertidumbre. Sus mayores esfuerzos, está claro, los puso en agradar a Messi y en vendernos un personaje. Para desgracia de él, y de todos nosotros, el negocio redondo que hoy es la pelota sólo parece reservar para la épica un lugar en los libros de historia, o de cuentos. Ni hablar de los milagros, aunque el jugador “24” sea “El Brujo Manuel”, por estas horas en duda por sus compromisos en el país. “A Messi ya le curé los botines, por pedido del cuerpo técnico”, aclaró –por si las moscas- el curandero de cabecera.

Los especialistas anuncian para junio y julio un aumento del consumo. De fútbol, claro. A falta de mejores oportunidades, habrá que invertir en eso. Y apostar a que un puñado de jugadores vaya a contramano de las gambetas del fútbol argentino (el último botón de muestra, el bochornoso manual para “tener alguna oportunidad con una chica rusa”). No solo eso. Además tendrán la “responsabilidad” de hacer olvidar, al menos por un rato, los malos resultados de los últimos tiempos y convertirse en “el mejor equipo de los últimos 32 años”.

La ilusión es volver a ser campeones como en el ’86, el año en que la selección anduvo por las alturas y la inflación por las nubes. ¡Pensar que nadie daba dos pesos por Bilardo y sus muchachos! Para los afectos a las coincidencias, el amistoso ante Israel, la cábala de entonces, sigue en pie. Todo sirve para ilusionarse. Aunque ya no esté Maradona, y el billete de dos pesos haya quedado fuera de juego.