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CóRDOBA
INFANCIA AMENAZADA

Hacen partícipe de un robo en un negocio a una niña de solo 6 años

Las cámaras del local registraron cómo dos mujeres entregaban productos a una nena que los guardaba en la mochila. La problemática de chicos que crecen al calor del delito.

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ROBO. El momento en que la madre incita a su hija a cargar el botín en la mochila. La joven la involucra en el hurto. | Cedoc Perfil

El miércoles 14 de noviembre último, minutos antes de las 22,30, un Fiat Palio rojo con vidrios polarizados estacionó frente a un minishop de la estación de servicio Shell, ubicada en la intersección del bulevar Los Alemanes y Padre Claret.

Se bajaron dos mujeres jóvenes, una nena de 6 años y un niño de alrededor de 8. Ingresaron al local y, en seis minutos, una de ellas colocó mercadería dentro de la calza que llevaba puesta, cubriendo su cuerpo con una remera y una campera atada a la cintura. La otra fue eligiendo distintos tipos de snacks y elementos de limpieza. Los colocó en un estante medio del exhibidor para que la niña, aparentemente su hija, los fuera introduciendo en el interior de su mochila escolar.

Una empleada del negocio detectó la situación. Cuando se acercó, las mujeres salieron raudamente. En la huida, la nena quedó atrás. Luego salió y dejó tirada la mochila. En su interior descubrieron parte del botín y los cuadernos de la escuela. Allí estaban escritos su nombre, su dirección, el título del cuento que la maestra leyó ese día a los alumnos y la consigna: “Portarse bien”.

Un robo más. Sin armas. Sin violencia personal ni material. PERFIL CORDOBA recorrió cada segundo del video. Impactan las imágenes en las que se ve a la nena quien, con los mismos elementos que usó para ir a la escuela, es involucrada en el robo.

El delito es menor porque, al no haber armas ni violencia, podría ser encuadrado en hurto, agravado por la presencia de niños. Pero, aún en ese caso la pena prevista es ínfima. De un mes y 10 días a dos años y ocho meses de cárcel. La sanción punitiva tampoco aparece como la solución más eficaz a la problemática.

El dueño del local, Diego Bertolotto, señaló que por una investigación privada, lograron detectar a la mujer más joven por un perfil que es público en la red social Facebook en el que muestra un tatuaje grande en un brazo, idéntico al que se puede visualizar en el video. “No es el único robo que tuvimos, pero en este lo lamentable es la participación de menores”, sostuvo.

Consultado sobre qué les dijeron en la Policía, señaló que le aconsejaron “acostumbrarse porque podría ser peor en diciembre”. Bertolotto indicó que se refuerzan los patrullajes en el sector “en época de elecciones” y que hay solo dos móviles para una zona muy grande que abarca los barrios Argüello y Los Boulevares.

“Estamos castigados por el robo oportunista, del motochoro. Los locales que tienen vidrios son visitados por personas que los rompen, roban y se van. Les lleva cinco minutos y en ese lapso no llega la Policía. Ya lo tienen estudiado”, relató. La denuncia quedó radicada en la Unidad Judicial 18. Investigadores revelaron a este medio que las mujeres fueron identificadas, se dedican al robo de estaciones de servicio siempre con la misma modalidad.

 


AMELIA LOPEZ “Una sociedad que no mira al niño hipoteca su futuro”

La titular de la Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de Córdoba (DDNA), Amelia López, admite que hay un impacto decisivo en la formación de los chicos que viven en entornos familiares donde se naturaliza la transgresión a la ley.

Son hechos que generan “vulneración de sus derechos” –explicó- “porque participan de actividades ilícitas de las que desconocen los daños que se producen a sí mismos y a los otros”.

Al tomar conocimiento por este medio del hecho relatado, López sostuvo que, por lo general, la Justicia interviene y da participación a la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf). El niño puede quedar bajo la tutela de la familia extensa, de una de acogimiento o ser ubicado en residencias de chicos sin cuidado parental, en un caso extremo donde no haya un núcleo familiar que pueda recibirlo.

“Adultizamos a los chicos” advirtió, y señaló que hay personas que los usan en actividades delictivas para resguardarse a sí mismas. Puso como ejemplo el menudeo de drogas, el trabajo infantil, los contextos familiares violentos.

La defensoría cordobesa fue la primera que se puso en funcionamiento en el país y actualmente es una de las cinco existentes. Funciona desde 2007 luego de la aprobación de la ley de protección integral de niños y adolescentes, aunque curiosamente nunca se puso en funcionamiento la defensoría nacional.

Recibe denuncias, catalogadas según el derecho vulnerado, y contacta a los organismos de control, como Ministerio de Trabajo en el caso de trabajo infantil; Senaf en el caso de niños maltratados o abandonados; a la Justicia cuando hay menores involucrados en venta de drogas.

La problemática principal es la convivencia familiar (denuncias por cuota alimentaria, vínculos parentales, impedimento de contacto, entre otras). Le siguen maltratos físicos y psicológicos, como abusos, acoso y abandono; y la vulneración del derecho a la educación (falta de bancos, modalidad especial, deserción, convivencia escolar, etc).

La funcionaria plantea una definición que grafica la situación de muchos chicos: la pobreza multidimensional. “No solo no satisfacen necesidades básicas, sino que tampoco acceden a salud, educación, cultura, recreación” y opina: “Una sociedad que no mira al niño hipoteca su futuro”.