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CóRDOBA
Madre de los habitantes de la calle

“Hay que afrontar la recuperación de gente en situación de calle de una manera integral”

La colombiana Luisa Mora García reinsertó a miles de ciudadanos en Barranquilla y contó su experiencia a PERFIL CORDOBA. Cómo está la situación en Córdoba.

Mora García
ENFOQUE. “Cuando se hace asistensialismo, las soluciones mueren rápido”. | Cedoc Perfil

Después de décadas de parálisis económica y social, la ciudad de Barranquilla, en Colombia, comenzó a reverdecer en los últimos años. Una serie de buenas gestiones gubernamentales, sumadas a la llegada de capitales extranjeros que vieron en ‘La Puerta de Oro de Colombia’ una oportunidad, lograron cambiar por completo a la ciudad. Algunas de las grandes transformaciones que se sucedieron en Barranquilla llegaron de la mano de Luisa Mora García, quien es conocida como ‘La mamá de los habitantes de la calle’, debido al trabajo que viene realizando desde hace 10 años y a través del cual logró sacar a más de dos mil personas de esa situación de vulnerabilidad. En Barranquilla, en el marco del Congreso de Slade Internacional, organización que trabaja en pos del desarrollo estratégico de organismos públicos y privados, este cronista tuvo la oportunidad de dialogar con García, quien narró cómo se decidió hacer frente a esta grave problemática social y de qué manera deberían actuar los gobiernos de Argentina ante este desafío.

“Hace 10 años que trabajo con población en situación de calle. En ese momento era una situación crítica ya que los habitantes de calle literalmente se morían allí. En 2009 surgió un programa para acercarlos al sistema de salud, pero rápidamente entendimos que solo era una medida asistencialista y cuando uno hace asistencialismo las soluciones mueren rápido. Para que eso funcionara el enfoque debía ser otro, debía ser integral”, relató. “A partir de allí comenzamos a intentar ofrecerles lo que necesitan para salir adelante y no solamente lo vinculado a la salud y la alimentación, sino que pensamos en brindarles atención psicosocial, un aprestamiento laboral para que ellos pudieran reinsertarse a la sociedad y también a su familia. Por eso empezamos a abordar el trabajo de manera integral”, agrega con tono maternal y una sonrisa que se mantendrá en toda la charla.

—¿Cómo se recupera a una persona que está en la calle, que no tiene contención familiar, que nunca trabajó? ¿Por dónde se comienza?

—Empezamos trabajando en pos de reducir y superar el daño que generó la habitanza en calle. Luego hay que reeducarlo, debe desaprender muchas cosas que tiene incorporadas para después poder aprender cosas nuevas. A través de la atención médica y el compromiso de las empresas, logramos alejarlos de sustancias psicoactivas. También trabajamos con la familia del habitante de calle, algo que es clave. Buscamos un referente familiar y empezamos a trabajar con él, brindándole la misma atención que al habitante de calle. Cuando un familiar ve que ese habitante de calle ya no come en la calle, que bajó su consumo de drogas, que su comportamiento es otro y es más abierto a recibir afecto, se modifica la relación entre ambos. El habitante de calle se vuelve esquivo, agresivo y cuando trabajas su autoestima con él, comienzan a verse cambios. Una vez en esa etapa profundizamos la etapa de los talleres.

—¿Qué tipo de talleres son?

-Empezamos a trabajar en su parte laboral, carpinteros, ebanistas, gente que hacía zapatos. Todas las secretarías del Gobierno se involucraron pero lo más importante es que incluimos a las empresas para que ellos lo trabajen desde su Responsabilidad Social Empresaria. Hicimos una mesa de trabajo con las empresas, que fueron claves en ayudarnos a generar empleo a gente que muchas veces vivía en el entorno de estas mismas compañías.

—¿El sector privado respondió bien?

—Excelente. Entendieron que una política pública de trabajar con el habitante de calle debía generar un compromiso de todos los actores. El abordaje debía ser integral y sin mirar a los habitantes de calle como algo desechable, porque puede serle muy útil para la ciudad. Tengo habitantes de calle que son guardaparques, ayudantes de cocina, obreros, todos excelentes empleados y muy agradecidos por la oportunidad que alguna vez alguien les dio. De esta forma, y con todo este trabajo, logramos que mucha gente salga de la calle e invitamos a Gobiernos de otros países a que intenten tener este enfoque, que les dará muchas satisfacciones.

 

 

En Córdoba viven en la calle 110 personas

En la ciudad de Córdoba se realiza un trabajo en conjunto para la población de calle en los que participan la Municipalidad, la Secretaria de Niñez Adoles - cencia y Familia -Senaf- y la Provincia. La propia Municipalidad, a través de Defensa Civil, viene realizando en los últimos años un relevamiento de la población de calle. Según informaron a PERFIL CORDOBA, en los últimos meses se registraron unas 110 personas, número que se mantuvo a pesar de la crisis económica imperante en el país. “No hay niños en situación de calle. El albergue municipal tiene alrededor de 70 personas, una población que no es permanente porque muchos se van durante la semana y vuelven los fines de semana”, reconoció Soledad Beas, subdirectora de Emergencia Social de la Municipalidad de Córdoba. “La población masculina es predominante en nuestros albergues”, amplió. “Desde la Municipalidad lo primero que se hace es llevarlos a un hotel, los alojamos y buscamos a algún familiar que los pueda buscar. Hablamos con Provincia para que les busque un alquiler por dos o tres meses y a partir de allí lo derivamos a Remar o al Portal de Belén, en caso de que sea una mamá sola”, detalló la funcionaria.