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Los cordobeses que pueden ser sparrings de Messi

Ilusiones mundialistas

Tres juveniles de Belgrano y dos de Talleres se entrenan con el preseleccionado Sub-19 que buscará clasificar al Mundial Juvenil y a los Juegos Olímpicos. Sueñan con acompañar a los mayores en Rusia 2018.

Selección Juvenil
Schott y Navarro, los dos juveniles de Talleres que vienen trabajando con el Sub-19 argentino. | CEDOC PERFIL

Los chicos no solo quieren divertirse. Saben que cargan con la mochila de tratar de reverdecer los laureles que el fútbol argentino supo conseguir en juveniles no hace mucho tiempo atrás, y que deben refrendar sus pergaminos en cada entrenamiento. Los 34 integrantes del preseleccionado Sub-19 trabajan con un objetivo: el Sudamericano que se jugará en Chile en enero de 2019 y que será clasificatorio para el Mundial de la categoría (también se jugará el año próximo, aunque todavía no tiene fecha ni sede), los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. También con una ilusión.

De este grupo saldrán algunos de los sparrings del equipo de mayores en el Mundial de Rusia. Jorge Sampaoli los estuvo viendo esta semana en el predio de la AFA, en Ezeiza, y ellos se ilusionan con que la postal se repita en el Training Centre de Bronnitsy, que será el búnker de Lionel Messi y sus compañeros durante la disputa de la XXII Copa del Mundo de la FIFA.


En el equipo que conduce Sebastián Beccacece hay cinco pibes que juegan en clubes cordobeses: los belgranenses Tomás Attis, Joaquín Rikemberg y Martín Garaygorta, y los talleristas Federico Navarro y Augusto Schott. Otros dos pibes de la “T”, el lateral Facundo Medina y el volante Cristian Ojeda, fueron citados para colaborar con la selección mayor en los amistosos de este mes ante España e Italia.

Quién es quién

Attis es el más conocido, ya que lleva casi dos temporadas en la primera de Belgrano. Al delantero de 18 años oriundo de Las Junturas, Leonardo Madelón lo incluyó por primera vez como suplente ante Rosario Central, el 18 de diciembre de 2016. Ese mismo día debutó el neuquino Rikemberg (19), considerado una de las grandes promesas de la cantera celeste y formado en el Club Rivadavia de Plaza Huincul. La terna “pirata” se completa con el cordobés Martín Garaygorta, de 18 años, que es defensor y juega en quinta y reserva.

“Belgrano lleva muchos años haciendo hincapié en sus inferiores y cada convocatoria es muy gratificante. Ya estuvieron ‘Cuti’ Romero, Amione y Barbero, y ahora le toca a esta camada. Attis es un delantero interesante y potente; Rikemberg es un media punta o extremo muy inteligente; y Garaygorta es un central zurdo, de buena talla y tiempista”, comenta Daniel Primo, coordinador del semillero de la “B”. “Más allá del trabajo que hacen los clubes, ayuda mucho el formato de los torneos de inferiores de AFA, que es extraordinario. Es una Primera División en miniatura, que les permite a los pibes ir creciendo con la experiencia de la competición”, agrega el ex-mediocampista.

De los embajadores de Talleres, Navarro es el más nuevo. Tiene 18 años y es volante central. Diego Garay, ídolo en barrio Jardín, lo recomendó años atrás luego de verlo en el Club Deportivo Sebastián de la ciudad santafesina de Frontera, en el límite con San Francisco. Schoot, de 18 años, es lateral derecho y llegó a la “T” desde el Club Deportivo y Cultural Arroyito. En la temporada anterior fue el capitán de la sexta y en febrero jugó la Copa Libertadores de América Sub-20 en Montevideo.

“Esto es producto de la organización que tiene el club y del trabajo metódico que se realiza en inferiores”, apunta Walter Lemma, DT de la reserva tallerista. “También tienen que ver el buen pasar del equipo en la Superliga y las buenas clasificaciones que han logrado nuestros elencos juveniles. Todo confluye para que se les preste más atención a jugadores del interior del país”, añade.

Jugar a dos puntas.

Tanto Lemma como Primo sostienen que el mayor desafío de los clubes pasa por controlar la adrenalina extra que genera en los juveniles participar de una selección. “No es fácil abstraerlos de la ansiedad que les provoca, por caso, la chance de viajar a un Mundial. Nosotros realizamos un trabajo minucioso y les inculcamos que se trata de dos ámbitos diferentes. Aunque en el
fútbol argentino no existe un modelo de entrenamiento uniforme, al menos hay buena comunicación y eso nos permite planificar mejor”, dice Lemma. “La doble obligación le genera una dinámica muy interesante al jugador, pero también le provoca estrés. En Belgrano optamos por charlas individuales, tratando de hacerles entender que deben disfrutarlo y aprovecharlo, siempre con los pies sobre la tierra”, apunta Primo.


Ambos formadores opinaron sobre los seleccionados juveniles argentinos, sumidos en una crisis tras el exitoso ciclo de José Pekerman (1994-2002). “Este es un momento de cambios, luego de muchas situaciones que pasaron en AFA y los clubes. Hoy el fútbol está más organizado a partir de una toma de conciencia, y creo que estamos en vísperas de una recuperación”, asegura Lemma. “Hoy estamos más cerca de aquel ideal. Todo cambio empieza por la cabeza, y hoy tenemos un coordinador como Hermes Desio, que está involucrado, conoce del tema y comparte sus decisiones. A eso hay que agregarle que hay mucha calidad en nuestro fútbol juvenil”, añade Primo.