Hace 20 años el Albiazul viajó a Bolivia para jugar su primer partido oficial internacional. En la previa del cruce con San Pablo por la Libertadores recordamos esa historia con ribetes insólitos.
Sucre, la primera escala. El Estadio Olímpico Patria, testigo del debut internacional de Talleres. La ciudad boliviana albergó al Albiazul con su estilo colonial y le dio un susto en el viejo aeropuerto. |
CEDOC PERFIL
Hugo Caric
Docta, rebelde, vanguardista, colonial: bien podría definirse a Sucre como el lugar más “cordobés” de Bolivia. “La Ciudad Blanca” –así le llaman por el color de las casas, las iglesias y los monumentos de su centro histórico- fue un bastión de la independencia americana con aquel primer grito libertario de 1809. También el reducto donde muchos años después se produciría un hito para el fútbol de Córdoba: el debut oficial de Talleres a nivel internacional.
La presentación del Albiazul fue otra revolución en la capital de Chuquisaca. Casi 25 mil personas coparon el Estadio Olímpico Patria para ver a la “T” contra Independiente Petrolero de Sucre, el 13 de octubre de 1999, por la extinta Copa Conmebol. Para el local también era el bautismo de fuego en torneos sudamericanos.
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Ya antes de pisar suelo boliviano, Talleres tuvo en claro que no se trataría de una parada sencilla.
La llegada al viejo Aeropuerto Juana Azurduy de Padilla fue todo un tema. La niebla, los vientos y la proximidad de los cerros se combinaron para “un aterrizaje nervioso”, según recuerda Julián Maidana.
“Nos avisaron que estábamos por llegar pero no veíamos nada abajo. De repente el avión pasó entre dos montañas y apareció la pista, que era muy cortita. Apenas bajamos sentimos los efectos de la altura”, cuenta el defensor.
Los 2.800 metros de altitud fueron un capítulo aparte: “En el hotel teníamos las habitaciones en un tercer piso y no había ascensores, así que subíamos del comedor y nos tirábamos a las camas”, relata Maidana. “Encima había gente que a cada rato se presentaba en la conserjería diciendo que tenía tu apellido y que era familiar tuyo. Era la excusa para pedirnos dinero”, precisa.
Pelotazos en contra
Víctor Hugo Sotomayor era el “experto en Copas” en aquel Talleres. Jugando para Vélez había ganado Libertadores, Intercontinental, Interamericana, Supercopa y Recopa. “Yo tenía roce internacional pero no había jugado mucho en la altura. No sé si me perjudicó la contextura física o la capacidad aeróbica, pero a los 30 minutos ya me habían echado”, recuerda.
“Cuando salí me tiré en el banco y pedí oxígeno, no daba más. En el entretiempo, ‘el Flaco’ Gareca se me acercó y me dijo: ‘¿Con la cantidad de partidos coperos que tenés, cómo te vas a hacer echar así?, ¿para esto te traje?’, añade.
“En la cancha no podíamos correr y nunca pateamos desde lejos como habíamos ensayado. Para colmo, ellos tiraban y la metían. En el primer tiempo ya perdíamos 3-0 y Gareca nos puteaba a todos”, rememora Maidana. Y añade: “Al final del partido (1-4), tuvimos una reunión. ‘Muchachos, así no podemos volver a Córdoba’ nos decía el DT”.
La revancha en “el Chateau” le reservó a Maidana el traje de héroe, que volvería a ponerse dos meses después en la final ante Sportivo Alagoano. Desde hace dos años los aviones que van a Sucre aterrizan en el moderno aeropuerto de Alcantarí. Independiente Petrolero descendió en 2003 y desde entonces juega en la Asociación de Fútbol de Chuquisaca. Talleres está listo para salir otra vez de copas.
Un viejo conocido
Después de adjudicarse la Copa Conmebol ’99, superando sucesivamente a Independiente Petrolero de Sucre, Paraná de Curitiba, Universidad de Concepción y Sportivo Alagoano de Maceió, Talleres tuvo otras dos experiencias internacionales.
En la Copa Mercosur 2001 fue primero en el Grupo D que compartió con Vélez, Peñarol de Montevideo y el San Pablo de Leonardo y Kaká (empates 0-0 en el Chateau y en Brasil), y fue eliminado en cuartos de final por Gremio de Porto Alegre.
En la Copa Libertadores 2002, el equipo de barrio Jardín integró el Grupo 7 con River Plate, América de México y Cortuluá de Colombia, y no pasó de fase.
En torneos sudamericanos, la “T” acumula 22 partidos, con 7 victorias, 8 empates y 7 derrotas.
