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REFUGIOS

Manos que ayudan a combatir el frío

María Inés y “Chiche” trabajan desde hace más de 10 años en albergues nocturnos para personas en situación de calle. Historias de compañerismo, solidaridad y esperanza.

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MARIA INES. Lleva más de 12 años trabajando en el refugio municipal Sol de Noche de Juniors. | Fino Pizarro

El frío se hace sentir en las calles cordobesas. La radio anuncia que la sensación térmica orilla el grado bajo cero y la noche hace rato que se instalo sobre la ciudad. En medio de ese clima implacable sobresale el trabajo de un grupo de personas que ponen el alma y el corazón con el objetivo de ayudar a quienes más lo necesitan. En el corazón de barrio San Martín funciona el albergue provincial denominado “Un hogar para todas las noches”, pero todos lo conocen como "La casa de Chiche". Chiche, es José Eduardo Sánchez, quien desde hace más de 15 años se encarga junto a su esposa de llevar adelante este refugio y brindarle a casi 50 personas la posibilidad de contar con una cama caliente, un plato de comida, un lugar para higienizarse y hasta un espacio donde jugar al truco con amigos. "Este trabajo no es para cualquiera. Hay que tener un sentimiento muy especial para poder hacer esto y un corazón solidario. Acá tengo mi vida y mi familia está totalmente abocada a esto", cuenta Chiche. "Con mi mujer hace 14 años que estamos juntos, viviendo en el piso de arriba del refugio. Mi hijo de nueve años ya sirve platos de comida y sabe lo que es acercarle una frazada a alguien que tiene frío", cuenta y sus ojos curtidos se llenan de lágrimas aunque respira hondo y trata de ocultar las emociones.

En el hogar todos lo conocen y, por si faltaran referencias, Raúl, quien se aloja en el lugar desde hace un tiempo, se acerca y no escatima elogios para el referente del lugar. “Yo tengo 52 años y soy mecánico. Trabajé en la Mercedes pero hoy no encuentro trabajo. Soy demasiado viejo para que alguien me dé laburo y demasiado joven para jubilarme. No tengo un hogar pero se que cuento con un lugar acá en la casa de Chiche. Él tiene un gran corazón", describe antes de dirigirse a un enorme tablón donde compartirá charlas y mates con otros hombres alojados en el refugio.

Sol de Noche. A unos kilómetros de allí, en Juniors funciona “Sol de Noche”, el refugio municipal que recibe tanto a hombres como mujeres mayores de 40 años. Un importante porcentaje de las personas en situación de calle son derivados a este espacio ubicado sobre la calle República Dominicana y por la noche una de las personas que las recibe es María Ines Moyano quien lleva más de diez años junto a aquéllos que más lo necesitan. “Esto es distinto a cualquier otro tipo de trabajo. Uno crea un vínculo con la gente. Uno deja un poco a su familia, a sus hijos de lado. Pasé muchas navidades y también años nuevos junto a esta gente, pero no me arrepiento de haberlo hecho”, comienza el diálogo María Inés. “Acá no existe paros ni asambleas, porque sino esta gente no come. Con plata de mi propio bolsillo a veces voy y les compro medias o algo para que salgan a vender y que puedan intentar comenzar de nuevo, pero sé que es difícil. En este momento hay varios que lo están intentando. Andan con potes de miel o alfajores, y hay gente que es muy solidaria y los ayuda. Algunos logran rehacer de nuevo su vida y después me envían cartas o postales desde el lugar en que decidieron comenzar de nuevo. Acá hay historias muy tristes y muy conmovedoras con las que convivimos todos los días y también algunas que son muy gratificantes y nos llenan el corazón de alegría ”, agrega en voz baja.

La temperatura sigue bajando en la noche cordobesa y las luces en las habitaciones de los refugios se apagan puntuales a las 22 hs. Algunos optarán por hacer un poco más de tiempo en los comedores del lugar. Otros deciden que el día ha terminado y en silencio se retiran del salón. En San Martín, Chiche, y en Juniors María Inés continuarán su trabajo con la esperanza de que el próximo día sea un poco mejor.