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Salud pública

Memorando oficial amordaza a los hospitales cordobeses

La disposición de la Secretaría de Servicios Asistenciales advierte a los directores que no pueden hablar con la prensa sin autorización previa.

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Copia del memorando N° 2/2018 enviado el 16 de marzo a los directores y subdirectores de los 42 hospitales de la Provincia, así como a los jefes de áreas de prensa hospitalarios. | Cedoc Perfil

El silencio no es salud. Sin embargo, desde el mes pasado está vigente en el sistema sanitario provincial un memorando que prohíbe a los directores y subdirectores de los hospitales de la ciudad de Córdoba y del interior provincial, hablar con la prensa sin autorización previa del nivel central del Ministerio de Salud de Córdoba. 
“En caso de no cumplir con las directivas ministeriales encomendadas, quedarán a disposición de posibles sanciones”, advierte también el insólito documento al que tuvo acceso PERFIL Córdoba, que hace caso omiso de que lo que está involucrado es nada menos que información pública. 
El memorando N° 2/2018, con fecha 16 de marzo, fue enviado por la Secretaría de Servicios Asistenciales de la cartera sanitaria provincial a cargo de Diego Cardozo, a los directores y subdirectores de los 42 hospitales de la Provincia, así como a los jefes de áreas de prensa hospitalarios. 
La “mordaza” abarca todas las informaciones relativas a las actividades de la totalidad de los sectores del Ministerio, e incluye no solo las notas periodísticas en cualquier medio de comunicación, sino también los cursos de capacitación y disertaciones, “entre otras” actividades. 
La información, según precisa el memorando suscripto por Cardozo, deberá ser previamente remitida a la Secretaría a su cargo y al área de prensa central, “antes de darla a conocer en el medio de comunicación que fuere”. Y para que no queden dudas, se aclara que esto incluye también a los medios audiovisuales e incluso a las redes sociales. 
“El memo sigue vigente hasta la fecha”, informó a este diario una persona con cargo directivo en un hospital capitalino, cuyo nombre se resguarda por razones obvias. 
“No hubo ninguna comunicación posterior dando de baja o modificando lo anterior”, precisó, al tiempo que señaló que la disposición generó un fuerte malestar en muchos de sus pares. “Es que esto tiene muchas aristas. Por un lado, denota una falta de confianza en nosotros, que los lleva a ponernos este bozal para centralizar o incluso controlar el mensaje. De otro modo no se explica”, consideró. Y agregó: “Aunque podemos disentir en algunas cosas con el Ministerio, la realidad es que nuestra comunicación con la prensa siempre está orientada a reforzar la prevención, y a cuidar la salud de la comunidad”. 
De esa manera, además de ir en contra del derecho a la libre expresión e inclusive al acceso a información que por su índole y el lugar donde se genera es pública, la disposición del Ministerio de Salud conspira, paradójicamente, contra la difusión oportuna de contenidos necesarios para mantener a la población sana. Y esto, justamente en momentos como el actual en que, con el retorno del dengue y del sarampión, y la amenaza ya cercana de la influenza y las enfermedades respiratorias, todas las voces son pocas a la hora de multiplicar los mensajes preventivos. 
Campañas con bozal. El descontento, de hecho, no solo se limita a los directores y subdirectores, sino que las ondas expansivas del polémico memo ya comienzan a llegar también a los médicos de planta que tropiezan con la directiva. 
“Hace 14 años que en esta época lanzamos la campaña ‘Por una primavera sin acné’, con una convocatoria a la prensa para difundir la actividad que apunta a diagnosticar y dar tratamiento a la enfermedad más frecuente entre los adolescentes, como lo es esa afección. Y ahora resulta que, en vez de pasarle la gacetilla a los medios, la tenemos que mandar a la dirección del Hospital, para que a su vez la pase al Ministerio para que la apruebe”, dijo David Dib, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Pediátrico. “Esto nos pasó esta semana”, puntualizó. 
La medida apuntaría a “coordinar” lo que se va a comunicar para que los directores “respeten la línea” que se quiere mantener, para que luego el nivel central no se vea obligado a salir a desmentir o a buscar otra línea argumental. 
¿Qué se busca ocultar? “En estos días leí que el gobierno de la Provincia empezaba a ‘duranbarbarizarse’, en el sentido de que todos los funcionarios tenían que repetir el mismo discurso oficial, y esto parece ir en esa línea”, disparó el obstetra Rubén Cantero, secretario general de Médicos Unidos, agrupación que nuclea a profesionales de los hospitales provinciales.
 “Repudiamos absolutamente el memorando, y también es de lamentar que los directores respondan a esa directiva, y que no puedan hablar de lo que pasa en sus centros de salud. Se están coartando los derechos individuales y los están condicionando. Creemos que ellos tienen que ser libres para informar lo que consideren oportuno, y rechazamos totalmente que no se pueda hablar sin pedir permiso”, afirmó. 
“No se puede entender que un director no pueda hablar sin permiso ni de prevención”, agregó. “La única explicación sería que hay situaciones delicadas en el sistema de salud que no quieren que trasciendan, como por ejemplo las que vienen denunciando las organizaciones gremiales. Entre las cuales, sin duda la más grave, es la falta de recursos humanos en los hospitales”, indicó. 
“En el boca a boca se sabe que hay presiones, pero que lo dejen por escrito es de una enorme torpeza”, concluyó Cantero.