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CóRDOBA
RODRIGO DE LOREDO

“Mi deseo de ser intendente no es una postura innegociable”

El extitular de Arsat reconoce su intención de llegar al Palacio, pero dice que “primero debe haber consenso para luego optar por el más taquillero”.

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ANTINEPOTISMO. “No sé si va a resolver los problemas estructurales del acceso a la función pública, pero sí creo que es útil en el campo de lo simbólico. Lo mío fue un gesto”, sostiene De Loredo. | Fino Pizarro

Es uno de los dirigentes de la política cordobesa y nacional de los que más se habló durante el verano que se termina. El decreto antinepotismo que firmó el presidente Mauricio Macri lo dejó afuera de la presidencia de Arsat, tras poco más de dos años de gestión. De regreso a la actividad privada, asegura que apuesta al armado de equipos desde el llano para cumplir con un viejo anhelo: ser intendente de la ciudad de Córdoba. Deseo que reconoce “no es innegociable”. Mientras prepara un viaje a Nueva Orleans como miembro de la Fundación RAP, Rodrigo de Loredo habló con PERFIL CORDOBA.

—¿Cuál es el balance de la gestión en Arsat?
—En lo personal, muy enriquecedora por el complemento formativo. Haber transitado dos años con una gestión intensa, con el ritmo y la dinámica de una empresa con temática tecnológica, complementó mi formación. Y en lo conceptual, logramos salir de las falsas dicotomías, para dejar de discutir en blanco y negro entre los que entienden que ninguna empresa puede ser pública y los que consideran que cualquier empresa debe ser del Estado. Cumplimos un rol que el sector privado no pudo. Demostramos que es tan falso que una empresa del Estado siempre tiene que ser deficitaria, como que el único norte es el del lucro como si se tratara de una empresa privada.

—¿Considera que fue el más perjudicado con el decreto antinepotismo?
—No soy quién para decirlo. Además, no conozco a los funcionarios que se alejaron ni cómo eran sus gestiones. Sobre ese decreto hice pública mi postura: fue una decisión dura pero necesaria del Presidente en una Argentina que requiere gestos de la política de manera constante. No sé si va a resolver los problemas estructurales del acceso de la función pública, pero sí creo que es útil en el campo de lo simbólico. Estoy contento de haber cumplido con un gesto, a pesar de que el Gobierno procuró hacer una excepción en nuestro caso, que llegó a la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, pero no estuve de acuerdo. Iba a empañar el mensaje que el Presidente quería dar.

—¿Cómo es esa vuelta al llano, a la actividad privada? Manifestó su deseo de ser intendente, ¿se puede construir ese objetivo sin un cargo?
—Me sirvió para recuperar tiempo con mi familia. Ser padre de cuatro hijos -nació Lucía el mismo día del decreto- y volver a la actividad privada. Hoy (por el jueves) estuve en el Colegio de Abogados para levantar mi matrícula, que estaba suspendida. Y desde la vocación pública hace tiempo que sostengo mi postura, que no es innegociable, de ser intendente, pero no a costa de cualquier cosa. El desafío de la gestión es armar equipos con gente de objetivos nobles y con una buena plataforma de propuestas. Si lo logramos en Cambiemos podrá ser uno u otro, pero habrá que buscar al más taquillero.

—En agenda hay varios reclamos de intendentes a la Provincia, ¿ve genuina la postura de Ramón Mestre?
—Sí, claro que lo veo genuino. Cuando me tocó ser presidente del bloque de legisladores del radicalismo en la Unicameral, hacía un informe mensual con la redistribución de los fondos que se llamaba “rey de la copa”. Además, escribí el libro Salir a flote con varias problemáticas que tenía la gestión de Unión por Córdoba. Creo que han sido muy hábiles en el discurso de la discriminación de la Nación, acompañado incluso por el arco opositor, porque sucedía. Pero eso cambió radicalmente con el nuevo gobierno y la Provincia siempre mantuvo la conducta de centralismo y discriminación de la que se quejaba. Ese esquema donde se esconden partidas, se sostiene hasta el día de hoy. En su momento, por diversas razones, el intendente Mestre no encabezó este reclamo en su primera gestión. Me tocó, en soledad, hacer estos reclamos y mostrar lo mal que se distribuían estos recursos y señalar el esquema regresivo de los tributos provinciales. Por lo tanto, es bueno que ahora sea un reclamo de todos, con el intendente de la ciudad más importante encabezando esa postura.

Por último, De Loredo reconoce que tanto para las candidaturas a la Provincia como al Municipio, debe existir consenso: “Cambiemos vino a representar la Argentina de la pluralidad, de los consensos y los disensos, no se impone nada y no hay dirigentes sabelotodo. Tiene que primar el diálogo, optar por el más taquillero, armar las mejores listas y tener las mejores propuestas”.