El último viernes de campaña lo encuentra a Ramón Mestre, el candidato del radicalismo a la gobernación, con una agenda intensa. Entrevistas, recorrida por los barrios, giras por el interior acompañando a sus candidatos para la Legislatura y en medio de eso, la gestión. En el tramo final de su segundo mandato y repasando qué Municipio le dejará a quién lo suceda a partir del 10 de diciembre próximo.
Sobrevuela la sensación de que, tras las notas que brindó conviven en él dos personas: para el periodismo porteño, el radical que se le plantó al presidente Mauricio Macri; y para la opinión pública cordobesa, el responsable de los últimos ocho años del municipio capitalino.
En Córdoba, a pocos días de los comicios que definirán su futuro político, Mestre asegura que el próximo 12 de mayo “se enfrentan dos modelos: un populismo que lleva 20 años en el poder, con más del 30% de pobres y arrastrando a dos de cada seis niños a esa situación; y un radicalismo joven con una fórmula conformada por dos personas con experiencia que administran dos ciudades grandes. En mi caso Córdoba y (Carlos) Briner en Bell Ville”.
- ¿Son dos modelos o tres los que se enfrentan?
- No (contundente). Son dos modelos. Y en ese contexto el radicalismo va a ser escuchado, con sus aciertos y errores, y con las ganas de seguir fortaleciendo Cambiemos.
- ¿Cree que tendrá un impacto nacional la elección que haga el radicalismo en Córdoba? Para algunos es ver cómo termina la disputa entre el radical que se le plantó a Macri y el que acató el pedido de Casa Rosada.
- El radicalismo va a ser escuchado con sus ganas de aportar a Cambiemos. Nosotros seguimos diciendo que la coalición que conformamos hace cuatro años es la herramienta para llevar adelante la lucha contra el populismo pero sin dudas que hace falta tener una UCR más activa dentro de Cambiemos.
- ¿Cree que la ciudad fue correspondida con obras de Nación, como el distrito que más votos le aportó a Macri?
- Me eligieron intendente en 2011 y después revalidaron mi mandato antes de que el presidente fuera electo en los comicios nacionales. Incluso cuando todas las encuestas decían que iba a ganar (Daniel) Scioli; después de 20 años los vecinos de la ciudad reelegían un intendente y esto pasó porque a pesar de las dificultades para administrar con el kirchnerismo y el populismo provincial que dejaron sin un peso a la ciudad, fuimos equilibrando las cuentas y cuidando cada peso. Disminuyendo la planta de empleados. Nos acomodamos y pudimos construir más de 3600 cuadras de asfalto, cinco parques educativos, 35000 luminarias led, 12 centros de salud. Llevar la atención odontológica a todos los centros de salud que tiene la ciudad. La Nación ayudó con alguna obra, me hubiera gustado que sean más pero así se dieron las cosas.
- ¿Lo sorprendió que (Juan) Schiaretti no debata?
- No, aunque yo lo esperaba para debatir. Es un hombre al que su populismo y su forma de actuar hacen que trate de imponer su modelo a toda costa. Lo que produce una debacle institucional en la provincia: pasa con los fondos que no reparte a los municipios, con el adelantamiento de las elecciones, con la reforma de la ley electoral dos veces en un año y no habiendo beneficiado a los ciudadanos en busca de mejorar la calidad institucional.
- Se habla mucho de la relación que tiene con su candidato a intendente, Rodrigo de Loredo. ¿Cómo la definiría?
- Tengo una buena relación con Rodrigo tenemos propuestas que pueden llevar adelante la ciudad y la provincia. Lo que me gusta de Rodrigo es que tiene una propuesta de evolución; él plantea que no comienza todo cuando arranca una nueva gestión, no hay que trazar una raya y empezar de cero sino que hay que buscar la forma de tener continuidad en las políticas.
- Se habla de la transición larga entre mayo y diciembre ¿Cómo cree que se dará ese proceso?
- Espero que sea una transición ordenada y con De Loredo electo, lo que no va a significar ninguna instancia que le produzca inconvenientes a la ciudad.
