Perfil
CóRDOBA
Director deportivo, ¿filtro o fusible?

Todo queda en familia

Uno de los hijos del presidente Andrés Fassi ocupará en Talleres un cargo que los clubes suelen reservar para sus ídolos. Las recientes experiencias de Belgrano e Instituto.

Andrés Fassi y Juan Pablo Fassi
Confianza personal. Andrés Fassi abre el juego y por primera vez en cuatro años y medio delega algunas decisiones deportivas en Talleres. | CEDOC PERFIL

Y un día… Andrés Fassi abrió el juego. O algo parecido. Transitando el quinto año de su mandato, el presidente de Talleres salió al cruce de quienes le endilgan un manejo personalista de todos los asuntos inherentes al fútbol del club de barrio Jardín y designó al primer director deportivo de su gestión. 

El elegido no es un ídolo del club, al estilo de Enzo Francescoli en River, Nicolás Burdisso en Boca o Diego Milito en Racing, y tampoco alguien con experiencia en la materia, como Francisco Ferraro en Colón de Santa Fe. Juan Pablo Fassi, uno de los hijos del mandamás albiazul, será quien oficie de nexo entre el fútbol profesional y el semillero, según hizo trascender días atrás la conducción de la “T”. 

Juan Pablo, de 24 años, fue jugador de las divisiones inferiores de Pachuca de México, su país de nacimiento, donde también revistó en filas del Puebla. En su carrera como mediocampista también tuvo una breve experiencia en Fénix de Uruguay. Desde hace un par de años colabora con Talleres en la visoría y reclutamiento de futbolistas y dentro de algunos días se hará cargo formalmente del flamante Departamento de Desarrollo Deportivo de la institución.

La estructura dirigencial de Talleres, con mayoría de referentes del empresariado local y nombres vinculados al Poder Judicial,  incluye a varios familiares de su mandamás Andrés Fassi: Guillermo José Carena, su tío, es el vicepresidente 1º; Gerardo Andrés Moyano Cires, su cuñado, es el secretario general; Ignacio Vélez Funes, su primo, es secretario Legal y Técnico; y Juan Bautista Fassi, su hermano, es secretario de Finanzas.

“Soy responsable de todo”

Andrés Fassi lo dijo más de una vez, y también le puso el cuerpo a una de sus frases predilectas. Desde que se hizo cargo de la presidencia de Talleres, el 2 de diciembre de 2014, el dirigente se encargó personalmente de operar en el mercado de pases de jugadores y de monitorear la tarea de los entrenadores hasta en los más mínimos detalles, lo que le valió no pocos desencuentros. 


En la gestión previa a su desembarco, la que llevó adelante el Fondo de Inversión creado por el grupo de socios autodenominado “notables” en los últimos tiempos de la quiebra, los exfutbolistas Mario Ballarino y Maximiliano Salas se habían desempeñado como respectivos manager y gerente deportivo. 

Ballarino ya había hecho una experiencia similar durante la presidencia de Carlos Dossetti, entre 2000 y 2001.

En el gerenciamiento de Carlos Granero (2005-2008) se creó una secretaría técnica que estuvo a cargo del preparador físico Ricardo Altieri y del campeón del mundo del ’78 Ricardo Villa. Y en la posterior administración de Carlos Ahumada Kurtz (2008-2009) Daniel Valencia, ícono del mejor Talleres de todos los tiempos y del seleccionado argentino, fue designado director. Ninguna de estas gestiones resultó significativa para la “T”.


Jugar en el medio

Juan Carlos Olave y Diego Klimowicz son dos ídolos del fútbol cordobés que quedaron en el ojo de la tormenta por las malas campañas que sus respectivos equipos, Belgrano e Instituto, cumplieron la temporada pasada.

De hecho, el exarquero terminó renunciando al cargo de manager del club de Alberdi apenas consumado el descenso de la Superliga. ¿Qué pasó abajo y arriba? Mientras el entrenador Diego Osella siguió el mismo camino de Olave, el presidente Jorge Franceschi ratificó su voluntad de completar su mandato a pesar de reconocerse “responsable”.  

“Esto es un consenso. No todas las decisiones pasan por una persona”, dejó en claro Olave antes de pegar el portazo y abandonar el “cuádruple comando” que completaban el director deportivo Fabio Talarico, el secretario técnico Hernán Castex y el coordinador de divisiones inferiores Daniel Primo. 

“Al equipo no lo armé solo”, declaró Klimowicz en sintonía con elexcuidapalos del Pirata, hablando de la floja campaña de “la Gloria” en la B Nacional.

“El Granadero” había anticipado su vocación de dejar la gerencia deportiva, aunque luego fue ratificado por la subcomisión que administra los temas del fútbol en la transición política que atraviesa la entidad de Alta Córdoba.

En el caso de Belgrano, la dirigencia decidió prescindir de un área específica ligada al manejo del fútbol y hasta nuevo aviso se manejará con la opinión de “varios hombres de consulta”, según especificaron desde la misma conducción del club celeste.