CRíTICAS
Crítica de cine

La nueva obra maestra del Scorsese melancólico

El irlandés es adrenalina, pero es una que cree en las heridas: las de la traición, las de lo salvaje, y las de aquello que se pierde (sea inocencia o algo más) y que nunca vuelve.

scorsese el irlandes
LUCHA. Al director le costó mucho concretar su gran proyecto. | Netflix

¿Es El irlandés la película que Netflix soñaba para otra vez pelear por los Oscar? Sí, lo es. Pero hay algo más importante: es una obra distinta, aunque se viste parecida, del mejor Martin Scorsese, ese que hace de la mafia, de lo marginal, violento y masculino, lo más poderoso que puede generar una pantalla de Hollywood. Esa diferencia está en el tiempo: Scorsese se pone en penitencia más frente al paso del tiempo, que frente a sus otros dioses (tanto es así que sus protagonistas, Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, son vistos desde jóvenes, desde los años 50, hasta ancianos, en los 2000, gracias a efectos especiales).

La historia gira en torno al hombre que dice haber tenido algo que ver con la muerte de Jimmy Hoffa. Hay algo básico, seguro, de recorrer Estados Unidos y su medio siglo, de ópera y de mugre, desde el otro lado de la barra. Hay también una versión que muerde del sueño americano, del empezar desde abajo para llegar a la no tan cómoda cima (un sendero que la película 25 de Scorsese pisa con firmeza, seguro, pero generando más melancolía que sorpresa, más desamparo que terror). En su principal reconfiguración, lo que existe aquí es una capacidad conmovedora de mostrar a estos machos alfa desesperados, reducidos por el paso del tiempo, por la inminente fatalidad (la de su profesión y la de la vida misma) y así poniendo en perspectiva su canchereada (a narrador casi nadie le gana al tío Marty). Todo frente a esas mujeres, que sean hijas o esposas demuelen con cada palabra, gesto o mirada a esos pobres poderosos.

Son ellos quienes parecen desesperados por esa aprobación, que los hunde en una vergüenza que no es tal cuando se golpean el pecho, cuando creen en los juegos del poder y en las armas lanzadas al fondo del agua. Su juego, por mortal y vital que sea para su historia y la Historia, es algo que pasa, dice Marty, es algo pasajero, y, peor aún, que no genera salvación alguna. El irlandés es adrenalina, pero es una que cree en las heridas: las de la traición, las de lo salvaje, y las de aquello que se pierde (sea inocencia o algo más) y que nunca vuelve. Es la película de alguien que ha entendido algo por amor al noveno arte pero también por cariño, o terror, a todo eso que tarde o temprano nos lleva lejos, demasiado, de aquello que nos define.

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El irlandés

Título original: The Irishman
Dirección: Martin Scorsese
Guión: Steven Zaillian, basado en el libro de Charles Brandt
Intérpretes: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci y Anna Paquin
Origen: Estados Unidos (2019)
Duración: 209’
Disponible en Netflix desde el 27 de noviembre