El semiólogo y sociólogo argentino Héctor “Toto” Schmucler, una de las principales figuras de la teoría de la comunicación en América Latina, falleció el miércoles pasado a los 87 años en la ciudad de Córdoba. Profesor emérito de la universidad nacional de esta ciudad, donde obtuvo la licenciatura en Letras en 1961, y doctor honoris causa de la Universidad de Buenos Aires, Schmucler entre 1966 y 1968 estudió semiología bajo la dirección de Roland Barthes en la Ecole Pratique des Hautes Etudes. Dirigió la revista Los Libros entre 1969 y 1972, junto con Beatriz Sarlo, Eliseo Verón, Carlos Altamirano, Ricardo Piglia y Nicolás Rosa, entre otros, y fundó la mítica revista cordobesa Pasado y Presente junto con José María Aricó, Oscar del Barco y Samuel Kiczkowski, donde iniciaron estudios de teoría de la comunicación por primera vez en el país bajo influencia de la Escuela de Frankfurt y la teoría de la dependencia.
En 1970 fundó en Santiago de Chile la revista Comunicación y Cultura, junto con Armand Mattelart y Ariel Dorfman. Ese mismo año creó la cátedra Semiología del Periodismo Escrito, primera cátedra de esa característica en América Latina, en la Escuela Superior de Periodismo de la Universidad de La Plata y dirigió una colección en la editorial Signos. En 1971 escribió el prólogo del famoso e influyente libro Para leer al Pato Donald (de Dorfman y Mattelart). Entre sus principales aportes al campo de la comunicación se encuentra la apertura de la cátedra Introducción a los Medios Masivos de Comunicación en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Su actividad docente fue interrumpida por las acciones represivas de la última dictadura cívico-militar en Argentina. Schmucler se exilió en México y allí editó la revista Controversia con Juan Carlos Portantiero, Nicolás Casullo y Aricó.
En 1976, en el momento de producirse el golpe militar, Schmucler trabajaba para una de las más importantes editoriales latinoamericanas (Siglo XXI Editores). Por entonces ya se había desempeñado como docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y de la Facultad de Comunicación Social de La Plata, hasta que en 1974 fue cesanteado por el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Stalinista convencido, dio un giro ideológico entre 1963 y 1965, durante los años de la publicación de Pasado y Presente, una revista que se proponía la renovación teórica del marxismo. En ese momento, expulsado del Partido Comunista argentino, dejó de tener una militancia orgánica hasta principios de los años 70, cuando tuvo una breve vinculación con la periferia cultural de Montoneros. Cuando la organización se hipermilitarizó discutió con algunos de sus dirigentes porque consideraba que se había perdido el rumbo. Schmucler tenía un hijo de 19 años desaparecido en enero de 1977. Luego de su exilio en México, entre agosto de 1976 y abril de 1986, de regreso al país, simpatizó con el radicalismo de Ricardo Alfonsín, aunque nunca fue militante, cautivado por el tono socialdemócrata. Para él, como alguna vez declaró, el alfonsinismo fue como una promesa o una expectativa de una sociedad no autoritaria.
Schmucler había nacido el 18 de julio de 1931 en Hasenkamp, un pequeño pueblo de la provincia de Entre Ríos.
