Cuando el reloj marcó las 20, los magos y las brujas encantaron con sus conjuros los pasillos amueblados con bibliotecas de las librerias argentinas. En ese preciso momento, la espera de los fanáticos de la historia del mago más famoso del mundo concluyó y fue entonces cuando el lanzamiento del séptimo libro, "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte" , coronó para siempre el final de la maravillosa novela fantástica escrita por J.K.Rowling, que ha generado un verdadero fenómeno literario en todo el mundo, rompiendo los récords de ventas hasta ahora conocidos.
"Nos preparamos muy bien porque creemos que va a ser un cierre a toda orquesta. Ojala se pueda repetir lo que sucedió en cada lado, una fiesta", confisó ansioso Fernando Fagnani, Gerente de Edhasa, la editorial que importa los libros de Harry Potter, cuyos derechos para la edición en castellano pertenecen a la Editorial Salamandra.
Cada lanzamiento de un libro de Harry Potter se ha convertido en un ritual, una especie de Halloween. Desde temprano, chicos (y cuando no,a algunos grandulones) disfrazados como el aprendiz de mago y sus amigos coparan las librerías porteñas y de varias localidades del interior del país. La razón no es mínima, hoy se presenta el libro que da un cierre definitivo a la historia que por casi una década los tiene atrapados en el mundo imaginario creado por J.K.Rowling.
Final anunciado. Desde la primera aventura de la serie se conocía que sólo serían siete los libros que Harry Potter. Rowling jamás imaginó que podía llegar a escribir tanto sobre ese pequeño mago huérfano que se enfrenta al malvado Lord Voldemort, incluso dice que el segundo libro le costó muchísimo esfuerzo, al punto que penso que no podría terminarlo. Tampoco supuso cómo la historia podía llegar a caer en los lectores. Sin embargo, Potter se convirtió en un fenómeno mundial, con récords de ventas en todo el mundo.
Los Pottermaniácos ayer se enfrentaron a una disyuntiva: por un lado, no contienían las ganas de tener en sus manso el último ejemplar, ese que tanto soñaron con tener y leer (un dato no menor: el 60% de los 180 mil libros que se vendrán en el país ya fue reservado); por el otro, la pasión literaria que han sabido vivir como propia por casi una década se terminó para siempre.
Esa mezcla de alegría y amargura es la que siente Fagnani, quien comenta que va a extrañar a Harry: "Mi sensación con los libros es que, a pesar de que se publique el último, no es que la se termina. Los libros se terminan cuando se quedan sin lectores", dice. Esto es algo que a Potter no le sucede, ya que según comenta, más allá de las masivas ventas en cada lanzamiento "por año se venden entre tres y cinco mil lectores de los libros anteriores".
Manía por Potter. Pocas historias han generado el movimiento cultural que Harry Potter consiguió eregir. Sólo los "Trekkies", fanáticos de Star Trek, y los seguidores de Star Wars provocan en sus coloridas convenciones tanto revuelo como los lanzamiento de libros de Rowling. El mundo ficcional de Potter ha gestado una realidad paralela en el mundo real.El diccionario de la Real Academia Español define a la palabra "manía" como una " especie de locura, caracterizada por delirio general, agitación y tendencia al furor". Eso es lo que sienten hoy los miles de personas inversas en la "pottermanía"; hecho que no pasa desapercibido para las editoriales del mago y las librerías.
Gracias a los fanáticos la serie de novelas ha logrado conseguir el éxito que hoy es su sello. Su inquietud y ansías por conocer escenas, diálogos, tramas y hasta tapas de libros (en algunas partes del mundo se han cambiado portadas de libros, porque se filtraron a Internet), son un componente más de este embrujado cambalache.
"A los fanáticos hay que respetarlos, han hecho mucho desde su lugar para que la serie llegue a más público, ellos han sido los artífices de la explosión de los libros a través de sus comentarios", explica Fagnani. De hecho, los fans han hecho de Internet su santuario y los sitios "Mundo Potter" y "Harry Latino" son ejemplos de cómo los lectores pueden ayudar a una una obra sea un éxito y un fenómenos de proporciones planetarias.
Los preparativos. Desde temprano, a partir de las 17 horas las librerías porteñas, como el Ateneo Grand Splendid o la sede de Cúspide del Village Recoleta, comenzaron con los preparativos del ritual. Juegos, sorteos y lecturas públicas abiertas a todo público hacieron de prólogo para el momento especial de la noche, cuando se develó la gran incógnita: el dibujo de la portada de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.
Cuando se destapó la montaña de libros, ¡agarrese quién pueda! Pues los miles de potter-addicts pujaron por ser los primeros en tocar su ejemplar. Ellos, además de los libros, fueron los grandes protagonistas de una noche llena de hechizo y magia, en la que Harry Potter dijo adiós para siempre.
