CULTURA
Literatura

Lucia Berlin, la escritora rescatada del olvido

La autora de "Manual para mujeres de limpieza" vuelve a la escena con una serie de relatos inéditos en donde la realidad se narra con agudeza y sensibilidad.

Lucia Berlin
Lucia Berlin, fotografiada por Budd Berlin. | Budd Berlin

Hasta hace unos años, el nombre de Lucia Berlin no decía nada dentro del ambiente literario. Sin embargo, hoy en día es una de las escritoras más populares y leídas. Nacida en 1936 y fallecida en 2004, la escritora estadounidense se suma a la lista de narradores que es imprescindible leer para aquellos que aman los cruces difusos entre la realidad y la ficción. En ese sentido, la reciente publicación de Una noche en el paraíso (Alfaguara, 2019) no hace más que comprobarlo.

Los veintidós relatos inéditos en español vienen a complementar lo ya hecho en Manual para mujeres de limpieza (2015), en donde la melancolía parece tan vital como el aire a la hora de mostrar la vida cotidiana de Estados Unidos en el siglo XX. Los personajes de Berlin no solo son protagonistas de cada relato, sino sobrevivientes de los mismos: ante el tedio la monotonía, se puede escarbar profundo para encontrar estados de ánimo mucho más espesos que el petróleo.“Mi madre escribía historias verdaderas; no necesariamente autobiográficas, pero por poco”, señala en esa dirección Mark Berlin, su hijo mayor, en el prólogo de Una noche en el paraíso. 

La niñera que sabía demasiado

La aparición en escena de esta escritora hace acordar a otro fenómeno reciente: Vivian Maier. Esta fotógrafa prodigio trabajó durante décadas en silencio, retratando la vida diaria de la década de los 60’s en adelante en Nueva York. Su salto a la fama se dio por una casualidad: la compra de un baúl lleno de sus fotos por John Maloof, quien ahora es el encargado de divulgar su obra. Mientras todo esto sucedía, Vivian Maier fallecía en 2008 aún en el anonimato tras largas décadas de trabajo como niñera. 

Lo que sucede con Berlin no es distinto, pese a un muy ligero renombre en vida, el boom editorial llegó muchos años después de su muerte: su obra se ha publicado en 28 países, Manual para mujeres de limpieza fue elegido como el libro del año por numerosos medios internacionales y su presencia en la crítica especializada va en aumento. Ella, en tanto, trabajó como profesora de secundaria, administrativa, personal de limpieza o auxiliar de enfermería a la par que combatía contra su adicción al alcohol (logró pasar sus últimas dos décadas sobria) y escribía cuentos que tardarían años en ver la luz para el gran público, tal como sucedió con las fotos de Maier.

Lo directo y lo obtuso

Ahora bien, pese a cualquier estrategia editorial y comercial que pudiera haber atrás, la obra de Berlin se vale por sí misma. Ya lo decía Julio Cortázar: “Ninguna promoción editorial ha salvado a un autor o a una literatura. Para comprobar esto, se puede poner el foco en uno de los relatos que integran Una noche en el paraíso: “Tiempo de cerezos en flor”. En este cuento breve, se cuenta la historia de una madre joven, quien descubre con asombro que el cartero de su barrio tiene una rutina extremadamente cronometrada. Eso, por supuesto, la hace darse cuenta que ella también tiene una rutina sólida y desesperante. Con precisión de miniaturista, Berlin va desarrollando detalles torno a ambos personajes, mientras en el trasfondo va creciendo la verdadera historia: la crisis matrimonial de la protagonista con su esposo. La frase final de este relato sirve para resumir la potencia de la narrativa de esta autora: “David. Habla conmigo, por favor”. Después de eso, no queda mucho por decir.

A modo de cierre, mientras Una noche en el paraíso con sus veintidós relatos inéditos viene a agregar valioso material para entender la obra de Berlin, rescatar a esta escritora del olvido produce un efecto de justicia poética. La desgarradora sensibilidad y agudeza de sus relatos aún son actuales a pesar de los cambios constantes de la sociedad. También sucede lo mismo con las fotografías de Maier. Si bien el diálogo entre ambas obras merecería una nota aparte, podemos aventurar que en cada fotografía de la mujer que fue niñera, asoma un relato de la mujer que crió a cuatro hijos y trabajó incansablemente para mantenerlos mientras luchaba contra el alcoholismo y escribía cuentos inmortales.