Las eliminaciones de los equipos argentinos en la última edición de la Copa Libertadores dejaron
heridas difíciles de cerrar. En cuatro de los seis conjuntos nacionales que disputaron el certamen
este año
hubo problemas internos. Discusiones, un técnicos que se fue y algunos
protagonistas que casi llegan a las trompadas.
Estudiantes fue el primero de
estos conjuntos en quedar afuera de la Copa en los octavos de final. A los dos días de perder
en Quito con la Liga Deportiva los rumores sobre una interna, o al menos un cruce de palabras,
inundaron los medios deportivos de comunicación.
Juan Sebastián Verón, un referente para el plantel y un técnico adentro (¿y afuera?) de la
cancha, habría discutido con Leandro Lázzaro y el uruguayo Juan Manuel Salgueiro. Los delanteros,
que venían siendo habituales titulares,
no volvieron a jugar nunca más desde el arranque en el Clausura hasta el último
fin de semana, en el que el ex Tigre estuvo entre los once que igualaron con Huracán.
Luego, llegó el turno de River.
En una eliminación histórica en
manos de nada menos que el San Lorenzo de Ramón Díaz, el conjunto de Núñez vio caerse a pedazos
un sueño que se le viene negando desde hace 12 años.
El clima en el vestuario millonario
no fue el mismo después de aquella fatídica noche. Los malhumores (públicos) de
Ortega por no ser titular y las palabras de Ahumada, comparando la hinchada de River
con la de Boca,
encendieron la mecha. Algunos los bancaron, otros prefirieron quedarse inmóviles.
Sin embargo, todavía tiene todo para ganar el Clausura. ¿Lo logrará?
El caso de San Lorenzo fue quizás el que más repercusión mediática tuvo. Aunque en este caso,
los resquemores comenzaron antes. La
repartición de premios luego de dejar afuera al conjunto de Simeone, fue un tema
clave. En una charla con los referentes, Ramón pidió que se incluyera a los más jóvenes, entre
ellos a uno de sus hijos, a la hora de cobrar el dinero. Dicen que la reunión
casi termina a las piñas.
El aparente
egocentrismo del ex entrenador
cuervo, que se hizo visible sobre todo después de lograr el Clausura 2007, la inclusión de
sus hijos en el plantel, las recriminaciones dentro del vestuario entre los jugadores durante y
después del encuentro con Argentinos y la decisión -arbitraria- de mandar a Orión al banco, armaron
un cóctel que terminó explotando:
a tres fechas del final del actual torneo,
el riojano dijo adiós
.
Mucho se venía hablando sobre los problemas internos de estos tres equipos y en Boca,
aparentemente, estaba todo bien. Avanzaba en la Libertadores y peleaba con un equipo de
juveniles (algunos no tanto) el Clausura.
Pero
la derrota de anoche frente al
Fluminense en el Maracaná y la tristeza por no conseguir el bicampeonato continental habrían
acrecentado las posibilidades de un conflicto interno en el plantel.
Cuando el arbitro pitó el final del encuentro, todo el equipo que dirige Ischia se juntó en
el centro del campo y saludaron a los más de 2 mil hinchas presentes. Pero faltaba uno. Riquelme
terminó el partido y salió disparado hacia los vestuarios, sin hablar con nadie.
Habría algunas actitudes del enganche que no caerían bien en el plantel.
Los problemas internos en los equipos existieron, existen y van existir siempre. O
casi siempre. Algunos logran sobre ponerse, salir campeones y otros no. Pero sin dudas, esta
Libertadores en su edición 2008
marcó a fuego a estos cuatro equipos argentinos.
(*) redactor de
Perfil.com