Quedó claro que
necesitaba la victoria como el agua. Alfio Basile vivió intensamente el triunfo
argentino 1-0 ante Francia y hasta
acudió a todo tipo de cábalas para quebrar la racha de dos derrotas consecutivas
desde que había asumido su segundo ciclo como entrenador de la Selección.
Desde el comienzo, se lo notó muy nervioso a Basile. Es que al técnico
no le gustaba nada la idea de sumar tres derrotas seguidas con la Selección, algo
que no ocurre desde 1968. Para evitar el mal trago, el "Coco" utilizó algunas costumbres
futboleras, como los
"cuernitos" que patentó su amigo Carlos Reinaldo Merlo, técnico de Racing.
Además,
cada vez que el equipo francés se acercaba al área defendida por Roberto
Abbondanzieri, Basile se sentaba inmediatamente en el banco de suplentes junto a sus colaboradores.
El técnico de la Selección vivió el partido con una gran intensidad, como si
realmente se estuviese jugando algo importante. No quería saber nada con prolongar la racha
negativa que comenzó con las caídas 3-0 ante Brasil y 2-1 frente a España.
La ansiedad por conseguir un triunfo
también se notó en los jugadores, que festejaron largamente luego del pitazo final
del árbitro esloveno Damir Skomina. No era para menos: le habían ganado a los subcampeones del
mundo y habían logrado la
primera victoria de la nueva era Basile.