La competencia del Dakar se pone más picante. Los competidores se enfrentarán hoy a la etapa más difícil, cuando deban atravesar el desierto para cruzar hacia Chile y llegar hasta el punto más alto de la Cordillera, hasta arribar en la ciudad de Copiapó.
Después de una salida bien temprano en la mañana, el cruce de la Cordillera de los Andes se hará en enlace. A esta altura, a veces superior a los 4.000 metros, los estremecimientos serán ocasionados por la belleza del paisaje y por la temperatura. La bajada, ya del lado de Chile, conducirá inmediatamente a los pilotos y equipajes hacia una especial de total desierto. La distancia relativamente corta de este momento, permitirá hacer las últimas precisiones de configuración "arena", que los vehículos conservarán durante varios días.
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La de ayer fue una dura etapa por territorio catamarqueño, que demoró la llegada de una buena cantidad de competidores y donde cayó un helicóptero que trasladaba periodistas sin ocasionar víctimas. Las autoridades de la prueba dispusieron que la partida de las primeras máquinas se postergue una hora y media, con lo cual en lugar de salir a las 4 de la madrugada lo hicieron a las 5.30 de mañana.
Para que no se alargue tanto la jornada y la noche avance sobre los participantes, también se acortó en 40 kilómetros el tramo cronometrado, eliminando la parte final del especial, que tendrá entonces 163 kilómetros, completándose con 466 kilómetros de enlace, en su mayoría correspondiente al trayecto Fiambalá-San Andrés, punto de partida del especial, informó DyN.
La jornada de ayer consagró a los argentinos que compiten en cuatris. Marcos Patronelli (Yamaha) retomó ayer la punta de la clasificación general del Dakar en cuatriciclos y su hermano Alejandro lo secunda, tras cumplir la tercera etapa, que se llevó otro argentino: Sebastián Halpern. Todo indica que no están dispuestos a perder.
