DEPORTES
All Boys lo vencio en Floresta

Independiente se hunde en su desesperación

El Rojo jugó muy mal y perdió 2-0 por goles de Sarmiento y Vildozo, al comienzo y al final del partido. Nervioso, se cargó de tarjetas y echaron a Morel. Insultos de los hinchas.

En el aire. Farías pierde con Ferrari. El delantero jugó tod el segundo tiempo, pero no levanta.
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Independiente es, hoy por hoy, un caso perdido. Anoche volvió a caer: fue 2-0 con All Boys, en Floresta, con goles de Braian Sarmiento y, ya a los 44 minutos del segundo tiempo, Luis Vildozo. Está (en realidad, sigue) en posiciones de descenso. Lógico: no gana desde la tercera fecha del Torneo Final, cuando derrotó a Racing en el clásico.
Contra Boca en la fecha pasada, además de mala puntería (ay, Caicedo), Independiente no había tenido suerte: creó tres mil jugadas de gol pero apenas si concretó una, y en offside. Anoche, en cambio, no le faltó suerte en la definición: jugó muy mal y apenas si inquietó a Nicolás Cambiasso con dos remates inofensivos de Osmar Ferreyra, uno atajado y otro desviado, y ya.

Independiente nunca encontró la pelota. Una explicación: se lesionó de entrada la brújula del equipo, el colombiano Fabián Vargas en el primer tiempo. Otra explicación: que jugó muy nervioso, demasiado. Y otra: que Daniel Montenegro no gravitó, luchó en vez de jugar. Por eso, Caicedo (entusiasta, él) corrió de acá para allá pero sin la pelota, y fue controlado sin problemas por la defensa de All Boys. Así era muy difícil que Independiente lastimara a su rival.

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Un rival que jugó, inteligente, con los nervios de Independiente.Sobre todo, después del 1-0, que llegó gracias a un tiro libre fortísimo de Sarmiento, a los siete minutos del primer tiempo. A partir de allí, Independiente se vino abajo, se derrumbó. Más: se desesperó. Pegó sin parar durante noventa minutos sin que Sergio Pezzotta lo evitara (amonestó a siete jugadores y expulsó a Claudio Morel Rodríguezrecién al final del partido).

Ya es muy difícil jugar, para Independiente, con la soga del descenso al cuello, con esa presión insoportable a cuestas. Y la hinchada tampoco lo ayuda: insultó a los jugadores al minuto del gol de Sarmiento. Así no se puede. Mejor escrito: Independiente no puede.

Gallego puso a Ernesto Farías para el segundo tiempo en reemplazo de Caicedo. Nada cambió. Porque su equipo, y lo demostró contra Boca, necesita de 45 situaciones de gol para anotar uno. No hay caso: cuando Independiente juega bien o muy bien (ejemplo: ante Boca), apenas si empata, y cuando juega mal, pierde. No gana ni de casualidad.

El gol de Vildozo, de contraataque, fue anecdótico: Independiente ya estaba rendido, resignado. Y por eso, en definitiva, está donde está, cada día más abajo, con el descenso al Nacional B ahí nomás, a la vuelta de la esquina.