DEPORTES
fracaso del operativo

Lo único seguro fue la violencia

La policía no pudo proteger ni a Boca. Hubo batalla en las calles, con vidrieras y autos rotos.

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Violencia. Muchas calles del barrio de Núñez fueron un caos. Los funcionarios, en silencio. | AP

Esto la verdad que fue un descontrol total, y a dos días de un partido como el que vamos a tener, en el que están pensados todos los operativos de Seguridad”, se quejó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Lo hizo el jueves pasado, después del entrenamiento abierto que se realizó en la Bombonera y terminó con un desborde de hinchas y el estadio clausurado. Fue una crítica apenas velada hacia el presidente de Boca Daniel Angelici. La frase  también encerraba un palito contra el ministro de Seguridad porteño, el angelicista Martín Ocampo. Bullrich y Ocampo arrastran una relación zigzagueante y por momentos tensa.

Ayer, tras el ataque al micro de los futbolistas de Boca, se instaló nuevamente un clima de silencio y desconfianzas mutuas. Después de la agresión ocurrida sobre la avenida Monroe, con escasa presencia policial, los funcionarios nacionales y porteños optaron por mantenerse callados. Durante horas prefirieron no explicar los motivos de lo sucedido. Cerca del radical-PRO Martín Ocampo, explicaron que estaban recolectando información. Desde Seguridad nacional, en cambio, le pasaron sutilmente la responsabilidad al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.

Recién a las 19 horas, mientras se multiplicaban los disturbios en las afueras del Monumental, apareció la primera voz pública de un funcionario. El secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, admitió que “hubo una falla”. Y le dijo a TN que el gobierno había empezado un sumario adminstrativo para determinar errores entre los agentes que debían custodiar el acceso del micro de Boca. Poco después, pese a la presión de la Conmebol, ambos clubes decidieron suspender el partido.

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Si bien la policía porteña no suele informar la cantidad de agentes dedicados a la seguridad de un partido, el (fallido) operativo de ayer ocupó a más de 1500 personas, más la ayuda de fuerzas federales, incluidas Gendarmería y Prefectura.

Hace tres semanas, ya había existido un desencuentro entre los ministerios de seguridad nacional y porteño. Fue cuando Mauricio Macri propuso que el superclásico incorporara hinchas visitantes en las dos finales de la Copa Libertadores. Una sugerencia que finalmente no prosperó.

“Lo que vamos a vivir los argentinos en unas semanas es una final histórica. También una oportunidad de demostrar madurez y que estamos cambiando, que se puede jugar en paz. Le pedí a la Ministra de Seguridad que trabaje con la Ciudad para que el público visitante pueda ir”, afirmó el presidente por aquellos días.

La reacciones de Bullrich y Ocampo fueron casi opuestas. El gobierno de Rodríguez Larreta se resistió. Pero la ministra apoyó la idea presidencial y prometió la asistencia de fuerzas federales en ambas finales. “Si tenemos un G-20, ¿cómo no vamos a dominar un River Boca?”, se jactó Bullrich entonces.