La violencia en el fútbol es una brasa caliente de la que nadie se quiere hacer cargo. Funcionarios del gobierno, jefes policiales y directivos de los clubes deslindan responsabilidades. Los 224 muertos que registra en su historia el deporte más popular de la Argentina y hechos como el encarnizado enfrentamiento entre fracciones de la barra brava de River en el Estadio de Vélez, obligan a que la búsqueda de responsables se transforme en un imperativo.
La semana pasada, este medio difundió la denuncia de que directivos del club de Núñez daban entradas a barrabravas. Pedro Pompilio, presidente de Boca, agregó más leña al fuego de la polémica: deslindó responsabilidades de los directivos en la violencia de los estadios, al remarcar que no tienen tarea de policía. Sin embargo, hay otras voces que señalan que quienes están al frente de las instituciones deportivas, tiene una relación, como mínimo, de encubrimiento hacia los barrabravas.
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¿Cómo nos les va a caber responsabilidad a los dirigentes del fútbol en la
violencia?", se preguntó el abogado de derechos humanos y periodista deportivo
Pablo Llonto.
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La responsabilidad en el ingreso a los estadios, la tienen los clubes. Si esas
barras ingresan saltando molinetes, con entradas para socios o de las mil maneras que conocemos que
entran eludiendo controles, hay responsabilidad de permitir el ingreso. Por más que no esté Pedro
Pompilio en la puerta, es su responsabilidad poner gente para ejercer el derecho de admisión. Ellos
tienen que preocuparse, sino lo pueden controlar tienen que comunicar que el partido debe ser
suspendido, porque no pueden controlar el ingreso. Pero esto no ocurre", explicó Llonto.
"Además tienen responsabilidad porque desde hace mucho tiempo le dieron participación
a estas barras en la vida de los clubes. Por ejemplo, la barra brava de Boca formó
parte de discusión en la vida institucional del club, por más que ahora Pompilio diga que toman
algunas medidas. Esto no nació ayer ni el domingo pasado", señaló en conversación con
Perfil.com.
"Los dirigentes
podrían ser juzgados por encubrimiento, por coparticipación o por coautoría con una
asociación ilícita, como lo son las barras bravas que además tienen ramificaciones",
explicó el letrado.
Para ofrecer un ejemplo, Llonto se remontó a un hecho sucedido en 1999: "Rafael Di Zeo era
socio cuando fueron los hechos de violencia en el amistoso Boca-Chacarita. Se reclamó que fuera
expulsado, para demostrar un gesto político. Sin embargo, Mauricio Macri y la comisión directiva no
tomaron la decisión de expulsarlo".
El abogado y periodista apuntó contra la dirigencia del fútbol: "Saben bien la cantidad de
mafias que actúan en el fútbol pero no han hecho denuncias. Los juzgados deberían estar llenos de
denuncias, Tendrían que haber tenido el coraje, dar la cara, pero no lo hicieron".
Falta transparencia. Ramiro Monner Sans es abogado y dirigente de San Lorenzo.
Actualmente es vocal por la minoría, la agrupación Progreso Azulgrana. En conversación con
Perfil.com, remarcó que "si algún dirigente se vale de hinchas o socios para
delinquir o para incidir en la política del club, estamos en problemas".
"El CO.PRO.SE.DE dice que hay que contratar 800 policías, poner las cámaras, el sistema
hidrante por si hay algún hecho de violencia o un incendio, organizar un sistema de evacuación y
cumplir las respectivas normas municipales o provinciales".
"Si soy dirigente y cumplo con todos los requerimientos técnicos, pero
todas las semanas aparecen 200 entradas de protocolo y después esas personas generan
violencia, ahí sí hay responsabilidad. Hay un punto en el que podés perder el control.
En el caso de River, es sistemático", puntualizó.
Monner Sans tiene ideas para transparentar el fútbol. "Proponemos medidas técnicas,
con un sistema de computación es sencillo saber cómo se llaman y cuál es el número de
documento de las miles de personas que están en un estadio. Las entradas deben ser
vendidas en puntos de venta, el tema es que se venden muchas entradas en negro. Los dirigentes no
quieren controles, porque ellos mismos serían controlados. Si los propios boleteros, hacen entradas
duplicadas para quedarse con la plata, ¿te imaginás qué negocios puede hacer un dirigente?"
"Propusimos, aún después de perder,
un proyecto que elaboró Poder Ciudadano y Transparency International, para
que las cuentas de los clubes sean publicadas en Internet. En San Lorenzo lo cajonearon.
Argumentan que no quieren permitir que los controlen. Pero si no hago nada malo, ¿qué problema
hay?", se preguntó.
Finalmente, Monner Sans denunció que "hay un montón de gente que vive del sistema".
"
¿De qué viven los dirigentes del fútbol? Hay plata que no está rendida en ningún lado. Hay
plata en negro. No hay que ensuciar de manera indiscriminada, pero hay dirigentes con un
nivel de vida que no se condice con sus ingresos declarados", señaló.